Enfermera adoptó hace cuatro años a bebé a la que solo le daban un año de vida

Nuria Pérez es una enfermera que en 2014 trabajando en la sala de cuidados intensivos de un hospital en Tucumán, en el noroccidente de Argentina, conoció a Zoe, quien había sido abandonada tras haber nacido con una malformación en su cabeza que no le permite ver, oír o incluso hablar. El diagnóstico médico indicaba que la bebé no iba a superar el año de vida, por lo que Nuria decidió ser su mamá y darle un hogar para que su corta vida la pasara en familia.

Hoy, en el sexto mes del 2018, esta madre y su niña, pese a todo pronóstico, aún se tienen la una a la otra. Cuentan sus familiares que el vínculo entre madre e hija es el que ha hecho que en la población donde viven se hable de un milagro de amor.

Nuria expresó en el programa La Mañana de NTN24 que “en un principio su enfermedad se llama hidranencefalia, fue un diagnóstico de un año de vida, eso se fue superando a medida que pasó el tiempo. Su diagnóstico sigue siendo el mismo, pero con amor yo creo que eso hoy es otra cosa”.

Además, dijo que Zoe “es una niña sana dentro de su patología hoy por hoy ella está muy bien”.

“Ella no puede escuchar, ver, mueve muy poco sus brazos y sus piernas, pero nos manejamos por el tacto, nos identifica a cada uno de nosotros a cada integrante de la familia”, añadió.  

Nuria explicó su decisión de adoptar a Zoe en ese entonces y dijo que “fue una necesidad mía, verla solita que no tenía a nadie quien fuera a verla, cuidarla y en ese momento mi relación con ella pasó a ser más de enfermera – paciente y me encariñé y fue ahí que decidí hacer los papeles para poderla traer a casa”.

“Con Zoe no sé si fue algo particular, pero creo que en ese momento fue la necesidad de las dos de estar en familia”, manifestó.

Además, dijo que su sueño “es que ella pueda estar todo el tiempo que más pueda a nuestro lado y yo siempre poderle dar todos los cuidados que ella necesita”.  

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