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La maldición de una familia de apellido “Maduro”

La maldición de una familia de apellido “Maduro”
El mensaje de Colombia era claro: sería inflexibles con quien tuviera parentesco con el mandatario venezolano

Por: @maryorinmendez

El martes 12 de marzo dos familias viajaron juntas de Maracaibo a Paraguachón para resolver en Riohacha, Colombia, lo que no tenían en sus casas desde hace 4 días: agua, comida, ventilación, electricidad y medicinas. 

Pero no pudieron. Migración Colombia informó a la prensa que había detectado que familiares de Nicolás Maduro habían intentado salir del país. Uno de ellos llevaba por nombre Argimiro Berde Maduro Morán, quien viajaba con su esposa Mariangeles Cerberg Badell y sus tres hijos, acompañados por la hermana de ésta, María Antonieta Cerberg Badell, su esposo Niccio Gerardo Vargas Escobar, y los tres hijos de éstos.

La foto de ellos y sus pasaportes le dieron la vuelta al mundo. El mensaje de Colombia era claro: sería inflexibles con quien tuviera parentesco con el mandatario venezolano.

Además de los mensajes de festejo que dejaban los lectores de la noticia en las redes sociales, había otros que llamaban la atención. También en las cuentas personales de varios periodistas escribían personas que decía conocer a la familia y daban cuenta de su vida sencilla y su clara oposición al régimen.

Me puse en contacto con varias de éstas personas hasta conseguir el número de teléfono de Mariangeles, esposa de Argimiro, para conocer su versión. A pesar de la mala conexión por la crisis en Zulia, pudimos conversar sobre las 4 horas que estuvo en Migración Colombia. Al llegar a la taquilla el funcionario miró el pasaporte de uno de ellos y dijo: “Maduro?” a lo que ellos respondieron riendo, sí pero no de Nicolás. Y el funcionario se retiró con los pasaportes.

Luego de un par de horas. Los llamaron a taquilla y les dijeron que no estaban admitidos para ingresar a territorio colombiano. Intentaron explicar en medio de la angustia de sus hijos pero no había vuelta atrás. Se devolvieron.

Asegura que su esposo es dueño de un taller, que intentó hacer un negocio de gas propano pero no consiguió la materia prima, que su hermana hace manualidades y que son opositores acérrimos al gobierno. “Mi esposo es un hombre muy trabajador, lo poco que tenemos lo hemos ganado con mucho esfuerzo.

Yo le dije al funcionario que hay cosas que no pueden ocultarse, el dinero y comer mandarinas. No somos unos enchufados. Por el contrario, en 2017 en nuestra casa fuimos agredidos porque trancábamos las calles en protestas contra Maduro. Ellos lo pueden averiguar”, insistió. 

Mariangeles asegura que tomaron la decisión de viajar a Colombia porque ambos hombres son hipertensos insulinodependientes, y que no tenían ni hielo para refrigerar las medicinas que necesitan para vivir. Dijo que viajaban con una cava con hielo seco para refrigerar lo que consiguieran.

Tras escribir un tuit en mi cuenta personal con esta parte de la historia, Migración Colombia insistió con su tesis: Tenemos las pruebas. 

Seguí la pista de otros allegados a la familia hasta dar con un empresario que lo conoce y es propietario de Bombonas Plásticas Socialistas , que distribuye gas propano, quien asegura que Argimiro tuvo una participación en la empresa cuando se fundó pero el negocio no prosperó.

En la única conversación que sostuve con Mariangeles, cuando le pregunté a qué se dedicaba su esposo, me dijo que tenían un taller.

Migración Colombia sostiene que el hombre está “vinculado” con la esa empresa anteriormente mencionada, usando ese término exacto.

Pero Argimiro Maduro sí aparece, en efecto, como propietario del taller de latonería y pintura Car-XX CA, ubicado en Maracaibo. 

Usuarios de la red social Twitter me hicieron llegar una cuenta @ArgimiroBMaduro, abierta en marzo de 2013, con 55 seguidores, sin actividad desde el 2016, y cuyos pocos mensajes son de simpatía hacia el mandatario. Pero no tiene descripción en el perfil, fotos de personas, ni ubicación.  

Lo ocurrido con estas dos familias podría parecer un acto de justicia deseado por los venezolanos, pero queda aclarar si se trata de personas que forman parte del gobierno represor, violador de derechos humanos y si son cómplices del caos actual. Que quisieran viajar al vecino país, como ciudadanos de a pie, debe ser una señal. 

Por lo pronto, la familia dice estar aterrada de las retaliaciones que puedan tomar en su contra luego del incidente. 

Redacción NTN24 Venezuela/Maryorin Méndez

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