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Francia se prepara para una ola de calor mientras España lucha contra los incendios forestales

Foto: AFP
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Al menos tres incendios han estallado en Cataluña, incluido uno cerca de Baldomar, a unos 140 kilómetros al noreste de Barcelona

Las autoridades francesas advirtieron el jueves que una ola de calor récord antes del verano se estaba extendiendo hacia el norte desde España, donde las autoridades estaban luchando contra varios incendios forestales mientras el país, bajo un sexto día de temperaturas sofocantes. 

El servicio meteorológico Meteo France señaló que se trataba de la primera ola de calor que afectaba al país desde al menos 2005, lo que agravaba la sequía provocada por un invierno y una primavera inusualmente secos y aumentaba el riesgo de incendios forestales.

España, que ya había vivido el mes de mayo más caluroso desde principios de este siglo, sudaba bajo temperaturas que se preveían de hasta 43 grados centígrados (109 Fahrenheit) y no se espera que haya alivio antes del domingo, dijo el servicio meteorológico de la Aemet.

De interés: No ha llegado el verano y España vive días fuertes con ola de calor superior a 40º

Al menos tres incendios han estallado en Cataluña, incluido uno cerca de Baldomar, a unos 140 kilómetros al noreste de Barcelona, que ya ha quemado 500 hectáreas pero que podría crecer hasta 20.000 hectáreas antes de ser contenido, dijo el gobierno regional.

Todavía no se ha ordenado ninguna evacuación, pero se insta a la población a permanecer en sus casas.

En el vecino Portugal, el mes pasado fue el más caluroso desde 1931, y la mayoría de los científicos atribuyen el calor de principios de temporada al calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero.

El calor cruzó los Pirineos hacia el sur de Francia el martes y estaba previsto que afectara a la mayor parte del país el sábado, cuando los termómetros podrían alcanzar los 38 Celsius en París.

Las autoridades ya han advertido del aumento del riesgo de incendios forestales en los bosques que rodean la capital, y París y otras zonas han emitido alertas por la contaminación por ozono, que se produce cuando la intensa luz solar transforma las emisiones de carbono en smog.

"Tengo 86 años, nací aquí, pero creo que esta es la peor ola de calor que he visto nunca", dijo Jacqueline Bonnaud a la AFP en un parque a la sombra en la ciudad sureña de Toulouse.

El aumento del uso de aires acondicionados y ventiladores está obligando a Francia a importar electricidad de los países vecinos, según informó el jueves el operador de la red RTE, ya que muchos de los reactores nucleares del país están fuera de servicio para evaluar los posibles riesgos de corrosión o para su mantenimiento.

El intenso calor también está reduciendo los niveles de los ríos, lo que significa que algunas centrales nucleares deben reducir la producción porque el agua utilizada para la refrigeración de los reactores está demasiado caliente para ser devuelta a los cursos de agua sin poner en peligro las plantas y la fauna.

España, Italia y otros países han limitado recientemente el uso de los aires acondicionados para ahorrar energía, y la ministra francesa de Energía, Agnes Pannier-Runacher, declaró a la cadena de televisión France 2 que estaba considerando hacer lo mismo.

Meteo France emitió el jueves alertas de ola de calor que cubren la mitad del país en el sur y el oeste y dijo que más departamentos se verán afectados en los próximos días.

"El sábado será el punto álgido, con temperaturas de 35 a 39 grados en la mayor parte del país", dijo Tristan Amm, pronosticador de la agencia.

Los colegios se han abastecido de agua y varios han trasladado los exámenes de fin de curso a las aulas orientadas al norte, mientras que algunos departamentos del sur han dicho que las clases se cancelarán el viernes por la tarde.

Ciudades como Burdeos también han instalado dispositivos de nebulización en las plazas y calles más calurosas. 

La operadora ferroviaria SNCF ha advertido de posibles retrasos, ya que los trenes se ven obligados a reducir la velocidad porque el calor ha deformado las vías o dañado los equipos eléctricos.

"Nuestra infraestructura sufre" con el calor, dijo el director regional de la SNCF, Thierry Rose, señalando que las temperaturas a nivel de las vías en Burdeos habían alcanzado los 52 Celsius (126 Fahrenheit) el miércoles.


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