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Gobierno español e independentistas catalanes retoman las negociaciones

Pedro Sánchez y Pere Aragonès / AFP
Pedro Sánchez y Pere Aragonès / AFP
Después de días de tensas negociaciones, finalmente el presidente español, el socialista Pedro Sánchez, se reunirá con el presidente regional, Pere Aragonès

El gobierno español retoma este miércoles las negociaciones con los separatistas catalanes tras una pausa por la pandemia, con el objetivo de buscar una salida a la crisis que llevó al fallido intento de independencia de esta rica región hace cuatro años, con el secesionismo ahora dividido.

En Barcelona será la segunda de esta mesa de diálogo que solo celebró un encuentro, en febrero de 2020, antes de la emergencia sanitaria.

Después de días de tensas negociaciones, finalmente el presidente español, el socialista Pedro Sánchez, se reunirá a las 15H00 con el presidente regional, Pere Aragonès, en la sede del gobierno catalán y después lo harán los dos equipos negociadores.  

"Yo voy con la mejor de las actitudes a esta mesa de diálogo", aseguró el martes Sánchez

El jefe del gobierno español hizo de la resolución de la crisis en Cataluña uno de sus grandes objetivos al llegar al poder en 2018.    

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Las expectativas de éxito son, sin embargo, escasas.

El gobierno español no contempla aceptar las dos grandes peticiones del independentismo: la celebración de un referéndum de autodeterminación, que requeriría modificar la Constitución, ni una amnistía para los encausados por participar en el desafío secesionista de 2017.

Y, pese a sus choques internos, los separatistas tampoco piensan renunciar a ellas. 

"Para evitar frustraciones, no nos pongamos plazo", pidió Sánchez en una comparecencia en el Senado. "Porque lo que ha ocurrido en estos últimos diez años no lo vamos a resolver en dos años, ni en tres, ni en cuatro", indicó. 

Contrario a cualquier movimiento que implique modificar la Constitución, Madrid no cierra la puerta a votar un eventual acuerdo sobre un nuevo encaje de Cataluña en España, a lo que se opone frontalmente la derecha. 

La crisis en esta dinámica región de 7,8 millones de habitantes --que alcanzó su clímax en el convulso otoño de 2017, con la celebración de un referéndum ilegal y una efímera declaración de independencia-- sumió a España en uno de sus momentos más delicados desde el fin de la dictadura franquista en 1975.

Después de semanas de enorme tensión, la tentativa acabó con la autonomía de Cataluña intervenida por Madrid y los líderes independentistas detenidos o en el extranjero, como el entonces presidente regional, Carles Puigdemont. 

- Enfrentados -

A pesar de las importantes diferencias, la cita del miércoles se presenta con mayor margen de maniobra que la de hace un año y medio, cuando el separatista de línea dura Quim Torra, escéptico ante el diálogo con Madrid, presidía Cataluña. 

Tras las elecciones de febrero, el gobierno regional pasó a manos de Pere Aragonès, cuyo partido, Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), es un socio clave de la coalición de Sánchez en el Congreso español.  

El cambio no tardó en notarse: en apenas semanas, el gobierno central indultó a los presos independentistas, ambos presidentes consensuaron retomar la mesa de negociación y se acordó la inversión de 1.700 millones de euros (2.000 millones de dólares) en la controvertida ampliación del aeropuerto de Barcelona.

La luna de miel, sin embargo, no ha llegado hasta la mesa de diálogo y la tensión se disparó la semana pasada, cuando Madrid anunció por sorpresa que suspendía el polémico proyecto del aeropuerto, alegando falta de confianza en el gobierno catalán. 

La decisión -- un "chantaje", según Aragonès -- enrareció mucho el ambiente también dentro de la delicada coalición separatista en Cataluña. 

Unidos por el objetivo final de la independencia, los secesionistas chocan sobre cuál debe ser el camino para alcanzarla, con ERC a favor del diálogo para pactar un referéndum con España, mientras las alas más radicales de Junts --al que pertenece Puigdemont-- no renuncian totalmente a la unilateralidad. 

En un nuevo pulso al gobierno español --y a sus socios de ERC--, Junts anunció el martes que acudiría a la mesa representado, entre otros, por dos de los presos indultados, que no integran el ejecutivo regional. 

Tras la negativa de Aragonès, que consideró que desafiaban lo pactado, la formación no participará en una reunión que se celebrará con la protesta de fondo de la izquierda radical independentista. Bajo el lema "Ni pactos ni renuncias" pretenden manifestarse esta tarde frente al Palacio de la Generalitat.

INFORMACIÓN AFP 

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