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Elecciones Parlamentarias

Conferencia Episcopal Venezolana califica de “inmoral” llamado a elecciones y pide apoyar protestas

Conferencia Episcopal Venezolana califica de “inmoral” llamado a elecciones y pide apoyar protestas
Foto: EFE
Arzobispos y obispos de la Iglesia católica venezolana respaldaron además el reciente informe de la ONU, agregando que “la dignidad de las personas es ampliamente irrespetada en nuestro país"

Luego de argumentar que la abstención no es suficiente, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) calificó de “inmoral” la convocatoria a elecciones parlamentarias del próximo 6 de diciembre, al tiempo que pidió acompañar las protesta pacíficas que se registran en el país.

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“Es inmoral realizar elecciones cuando el pueblo sufre las consecuencias de la pandemia, carece de las condiciones mínimas para su subsistencia, y no existe transparencia en las reglas y mecanismos de verificación que deben regir un proceso electoral. Esto sin olvidar que aún deben realizarse las elecciones presidenciales, pues las del 2018 estuvieron signadas por condiciones ilegítimas que han dejado al actual régimen, a los ojos de Venezuela y de muchas naciones, como un poder de facto” reza parte del comunicado que es firmado por arzobispos y obispos de Venezuela.

Sin embargo, mantiene que la abstención no es suficiente y por tanto se hace necesario "acompañar la protesta pacífica, cívica y social que hoy se extiende en todo el país, establecer una ruta clara para la transformación política, democrática y civil, y superar personalismos que dañan la misión colectiva de lograr una Venezuela donde vuelva a imperar la justicia y la paz".

De igual forma, condenó la “censura informativa, la represión de los organismos policiales y militares y la persecución política por la vía judicial”, contra quienes protestan; en este sentido piden “libertad para reclamar”.

Por otro lado, los sacerdotes fijan posición sobre el reciente informe de la Alta Comisión de la ONU, al respecto señalan que “la dignidad de las personas es ampliamente irrespetada en nuestro país y muchas de las situaciones que se sufren constituyen crímenes de Lesa Humanidad”.

En cuanto a la ‘Ley Antibloqueo’ aprobada recientemente por la Asamblea Constituyente de Maduro, afirman que es una manera más de “dilapidar recursos nacionales”.

A continuación el comunicado íntegro:

Sobre la dramática situación social, económica, moral y política que vive nuestro país

“El Señor es un refugio para el oprimido,

un refugio en momentos de peligro”. (Sal 9,10)

1. Los Arzobispos y Obispos de Venezuela, con ocasión de la reunión de Comisiones

Episcopales, que estamos celebrando del 13 al 15 de octubre de 2020 a través de medios

electrónicos, movidos por la fuerza del Evangelio y por nuestra condición de pastores al

servicio del Pueblo de Dios y en comunión con todos aquellos que buscan la luz de la

verdad, queremos compartir con toda la comunidad nacional e internacional algunas

reflexiones sobre la dramática situación social, económica, moral y política que vive

nuestro país.

2. Son ya conocidas las angustias y carencias que sufre el pueblo de Venezuela, desde la

escasez y el desabastecimiento de alimentos, pasando por la deficiencia de los servicios

públicos, hasta el irrespeto de sus derechos más elementales. Esta problemática se ha visto

potenciada por el surgimiento de la pandemia del COVID-19, que va dejando su estela de

dolor y muerte en todos los rincones de nuestra geografía. Son muchos los que se sienten

angustiados e indefensos, sin posibilidades de enfrentar una crisis que los lleva a

situaciones límites de inseguridad y precariedad personal y familiar. La Iglesia católica, a

través de sus instituciones y parroquias, acompaña de cerca la vida de nuestro pueblo, e

intenta suplir sus necesidades prioritarias, desde sus limitadas posibilidades, competencias

y permisos que le otorgan. Pese a todo, reiteramos nuestro firme compromiso de seguir

descubriendo y sirviendo a Jesucristo en nuestros hermanos necesitados (cf. Mt 25,31-40).

3. El Ejecutivo Nacional ha demostrado su incapacidad para dar respuesta a los grandes

problemas nacionales y sus actuaciones tienden a agravarlos. A todas luces, aparece que

su único objetivo es permanecer a toda costa en el poder, sin importar cuanto sufrimiento

traiga eso al pueblo venezolano. Por su parte, los sectores de oposición se muestran

divididos y sin presentar una alternativa verdadera de cambio. Tanto el oficialismo como

la oposición no presentan un proyecto de país que logre reunir y convencer la voluntad

mayoritaria del pueblo venezolano de vivir en justicia, libertad y paz. Venezuela reclama

a gritos un cambio de actitud en toda la dirigencia política. Como bien lo ha señalado

recientemente el Papa Francisco, “hace falta la mejor política puesta al servicio del

verdadero bien común”. No se toma en cuenta la dignidad de las personas, sobre todo

de los más vulnerables: “El desprecio de los débiles puede esconderse en formas

populistas, que los utilizan demagógicamente para sus fines, o en formas liberales al

servicio de los intereses económicos de los poderosos. En ambos casos se advierte la

dificultad para pensar un mundo abierto que tenga lugar para todos, que incorpore a

los más débiles y que respete las diversas culturas” La prioridad es la gente, el bien común, y no los intereses personales o de grupos, sean estos de una u otra ideología

política.

4. Los ciudadanos agobiados por esta situación, cansados de no encontrar respuesta a sus

justos reclamos y sintiéndose engañados por las reiteradas promesas o propuestas sin

cumplimiento, ejercen hoy por doquier, de modo casi espontáneo y con una organización

local, su derecho constitucional a la protesta pacífica. Sin embargo, reciben como

respuesta de las autoridades la censura informativa, la represión de los organismos

policiales y militares y la persecución política por la vía judicial. Rechazamos este modo

de actuación por ser contrario a los principios democráticos consagrados por nuestra

legislación y como un ataque directo a la soberanía popular que tiene derecho a

expresarse. El pueblo venezolano exige libertad para reclamar sus derechos

constitucionales.

5. Observamos con dolor cómo grupos de hermanos nuestros, vendiendo sus pocas

pertenencias, emprenden largas caminatas desde diversas regiones para salir del país. Más

que emigrar, huyen de un país que no les ofrece garantías de una vida digna. Además de

sufrir los rigores del clima y del cansancio, son sometidos al menosprecio de algunos de

sus conciudadanos. Empeora su situación el maltrato de las autoridades militares y

policiales quienes a lo largo del camino les requisan y les arrebatan sus pertenencias y el

dinero que llevan. En vez de protegerlos, como lo juraron hacer ante Dios y la patria, los

vejan y los consideran como ciudadanos de segunda categoría. Estas son realidades que

claman al cielo.

6. La naturaleza del régimen gubernamental ha sido puesta en evidencia, una vez más, por el

informe del Comité de DDHH, y el reciente Informe del grupo de expertos de la Misión

Internacional Independiente de las Naciones Unidas y de los informes de la Unión

Europea. Todos estos informes sobre los derechos humanos, demoledores por realistas, se

han quedado cortos en referencia a la realidad que se vive en el país. Los DDHH no

pueden ser solo los de los políticos. La dignidad de las personas es ampliamente

irrespetada en nuestro país y muchas de las situaciones que se sufren constituyen crímenes

de Lesa Humanidad. Es de justicia, por tanto, que los responsables de las ejecuciones

extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas sean juzgados,

y que las instituciones del Estado actúen, conforme a derecho, para que estos hechos

abominables no se produzcan de nuevo, rompiendo el “círculo infernal” de su carácter

sistemático. La llamada “ley antibloqueo”, aprobada por la ilegítima Asamblea Nacional

Constituyente, es una expresión más de la voluntad del gobierno de conducir a nuestro

país por caminos distintos a la legalidad, y así, dilapidar los recursos nacionales que son

de todos, con el agravante, que ahora pretende hacerse de forma oculta y totalmente

discrecional.

7. El evento electoral convocado para el próximo 6 de diciembre, lejos de contribuir a la

solución democrática de la situación política que hoy vivimos, tiende a agravarla. Es

inmoral realizar elecciones cuando el pueblo sufre las consecuencias de la pandemia,

carece de las condiciones mínimas para su subsistencia, y no existe transparencia en las

reglas y mecanismos de verificación que deben regir un proceso electoral. Esto sin olvidar

que aún deben realizarse las elecciones presidenciales, pues las del 2018 estuvieron

signadas por condiciones ilegítimas que han dejado al actual régimen, a los ojos de

Venezuela y de muchas naciones, como un poder de facto. La voluntad mayoritaria del

pueblo venezolano es dilucidar su futuro político a través de la vía electoral. Esto implica

una convocatoria a unas auténticas elecciones parlamentarias y elecciones presidenciales

con condiciones de libertad e igualdad para todos los participantes, y con

acompañamiento y seguimiento de organismos internacionales plurales.

8. Como recientemente señaló el comunicado de la Presidencia de la CEV, no basta la

simple abstención para poner en evidencia la ilegitimidad del proceso y alcanzar el

cambio político tan deseado. Por tal motivo, las diversas organizaciones civiles, las

universidades, los gremios, las academias, los empresarios y los trabajadores, las

comunidades de los pueblos originarios y los jóvenes deben hacer esfuerzos en conjunto

para restablecer los derechos democráticos de la nación. Para ello es necesario acompañar

la protesta pacífica, cívica y social que hoy se extiende en todo el país, establecer una ruta

clara para la transformación política, democrática y civil, y superar personalismos que

dañan la misión colectiva de lograr una Venezuela donde vuelva a imperar la justicia y la

paz.

9. Ante estas dificultades, invitamos de nuevo a los fieles católicos y a todos los creyentes a

elevar sus oraciones a Dios para que nos conceda lograr una solución pacífica a nuestros

problemas. Nuestro próximo Beato, el Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, ejemplo de

santidad y civismo, nos señale la ruta para hacerla presente en el hoy de Venezuela.

Nuestra Señora de Coromoto siga haciendo con nosotros el camino para la conquista de la

convivencia democrática y el reencuentro de todos los venezolanos. Con nuestra

afectuosa bendición episcopal.

15 de octubre de 2020

Los Arzobispos y Obispos de Venezuela


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