Asesinato de sacerdotes jesuitas en México, desata repudio internacional
Se dio en la sierra de chihuahua, al noroeste de México, sujetos armados ingresaron a la iglesia jesuita del poblado de Cerocahui, en persecución de un hombre, quien, aparentemente, había ingresado al templo en busca de refugio. El pecado de los sacerdotes, Javier Campos de 78 años y Joaquín Mora de 80, fue atenderlo y dejarlo entrar. La fiscalía estatal ofreció cinco millones de pesos, casi USD 250.000 por la captura del sujeto, la más alta en el Estado para la detención de un delincuente, de alias 'El Chueco', es el jefe de sicarios de una agrupación delictiva que se disputa la zona con otro grupo criminal. El miércoles las autoridades los localizaron y confirmaron su identificación, estos homicidios han sido condenados por organizaciones civiles y la comunidad jesuita en México, que destacó que al menos siete sacerdotes han sido asesinados durante la administración de López Obrador.
Entre tanto, el presidente mexicano, quien ha sido criticado por la ola de violencia que azota a su país, insistió en mantener su estrategia de seguridad, porque asegura que "no puede enfrentar la violencia con la violencia". Por eso en Ángulo cuestionamos: ¿Qué pasa con las políticas de seguridad de AMLO? ¿esto hace a López Obrador rehén o cómplice del crimen organizado? El análisis desde la sierra tarahumara, Chihuahua, lugar donde se dieron los lamentables hechos, el padre Javier Ávila, sacerdote que recibió una llamada de sus compañeros religiosos minutos después del ataque ocurrido en un templo, con Gonzalo Espina, diputado en el Congreso de la Ciudad de México y presidente de la comisión de transparencia y combate a la Corrupción y Seguridad y con Jaime Armendáriz, periodista del medio Raíchali en Chihuahua.
Redacción: Ferney Porras Santana
