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Arrecian las torturas y la represión en Venezuela

El capitán Rafael Acosta murió bajo custodia del régimen, tras haber sido víctima de torturas. La represión en Táchira dejó ciego a un joven de 16 años.

El régimen de Nicolás Maduro arrecia las torturas y la represión. Pocos días después de la visita a Venezuela de la Alta Comisionada de Derechos Humanos para la Organización de Naciones Unidas (ONU), Michel Bachelet, conmocionó al país la muerte del capitán Rafael Acosta Arévalo, quien habría sido víctima de torturas bajo custodia del régimen. Además, la represión mostró su peor rostro este domingo, cuando un adolescente que manifestaba pacíficamente, perdió la vista por el impacto de perdigones.

El caso del capitán Acosta Arévalo no es una novedad. El pasado 8 de octubre de 2018, tras ser arrestado por el estallido de dos drones cargados con explosivos en una parada militar que presidía Maduro, el concejal Fernando Albán resulto muerto al caer desde el décimo piso de la Dirección General del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), ubicado en Plaza Venezuela. El régimen calificó el hecho como un suicidio, pero la oposición denunció que fue arrojado al vacío tras fallecer en medio de torturas. Joel García, abogado del concejal, afirmó posteriormente que las actas del expediente policial indicaban en el folio número cinco que la causa de la muerte había sido homicidio.

La brutal represión en la localidad de Táriba, estado Táchira, le desgració la vida a un adolescente de 16 años, quien perdió la vista luego de que funcionarios policiales le dispararan perdigones en el rostro. El joven participaba en una protestaba pacífica por la falta del servicio de gas doméstico en la zona. 

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