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Alexis L. Leroy Clima

La tecnología, cambio climático y sostenibilidad, “todo, en todos los sitios, todo al mismo tiempo, de forma global”

Lea aquí la columna de opinión de Alexis L. Leroy, fundador y CEO de ALLCOT.

El mundo necesita 250 billones de toneladas de Carbono -de hoy al 2030- para lograr la meta de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5°C, establecida en el Acuerdo de París.

Esto significa un promedio de 42 billones de toneladas anuales, es decir el dióxido de carbono producido por países como Noruega o Ecuador.

La tecnología es sin duda un habilitador crucial para lograr este objetivo y el Acuerdo de París lo reconoce, destacando la necesidad de desarrollar y transferir tecnologías climáticas para mejorar la resiliencia y reducir las emisiones.

Las tecnologías climáticas, como la energía eólica, solar, hidroeléctrica, están ayudando a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero; y la promesa del hidrógeno nos genera aún más esperanza. Además, tecnologías como los cultivos resistentes a la sequía y los sistemas de alerta temprana nos ayudan a adaptarnos a los efectos adversos del cambio climático.

Es muy amplia la gama de herramientas que ofrece la tecnología para abordar el cambio climático, desde estaciones meteorológicas hasta drones y sensores y la integración de inteligencia artificial.

Estas herramientas nos permiten recopilar datos precisos, monitorear el clima en tiempo real y tomar medidas para mitigar y adaptarnos a los impactos del cambio climático. Además, la tecnología digital, como la inteligencia artificial y el análisis de big data, nos ayuda a anticipar los riesgos, a identificar soluciones eficientes y a tomar decisiones informadas basadas en datos.

En el ámbito de los mercados de carbono, la tecnología está revolucionando la transparencia e integridad de estas operaciones. La incorporación de blockchain y contratos inteligentes garantiza transacciones confiables y facilita la verificación y la autenticación de los créditos de carbono.

Además, la tecnología debería permitir que incluso los pequeños proyectos pudieran participar de este mercado y que los compradores estén seguros de la transparencia, calidad e integridad de los proyectos de carbono y de los créditos que se emiten.

La tecnología nos permite “todo, en todos los sitios, todo al mismo tiempo, de forma global” y eso es lo que necesitamos urgentemente para compensar el atraso que hemos tenido en cumplir las metas de reducción de las emisiones de carbono.

Sin embargo, gran parte de la innovación tecnológica en el ámbito de la adaptación climática se está produciendo en el norte global, mientras que la mayoría de las personas afectadas por los impactos del cambio climático se encuentran en el sur global.

Así que es muy urgente que se haga la transferencia de tecnología de una manera eficiente, pues en la lucha contra el cambio climático están los países ricos y las grandes industrias del mundo, pero también participan países del sur habitados por millones campesinos que se esfuerzan por proteger los bosques y la biodiversidad que todavía nos queda.

Más allá de transferir tecnología, se debe financiar el desarrollo de tecnología en el sur global, pues, sin lugar a dudas, las soluciones tecnológicas que se desarrollen desde allí, responderán mejor a las necesidades de adaptación que se enfrentan en esas regiones del mundo.

En conclusión, la tecnología es un aliado indispensable en nuestra lucha contra el cambio climático. Su capacidad para facilitar la colaboración global, desarrollar soluciones eficientes, predecir riesgos, informar la toma de decisiones basadas en datos y mejorar la transparencia e integridad en los mercados de carbono la convierte en un pilar fundamental en nuestra búsqueda por un futuro sostenible.

Es mediante la sinergia entre la innovación digital y la acción concreta en el terreno donde verdaderamente podemos hacer frente a este desafío global y asegurar un mundo habitable para las generaciones venideras.

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