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Gustau Alegret México

López Obrador, de escándalo en escándalo con el avión presidencial

La venta del avión no es una victoria ni para AMLO, ni para México, ni para los mexicanos. Es más bien un escándalo.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador vendió, finalmente, el polémico avión presidencial. Lo anunció el mandatario en un video que difundió en sus redes sociales. El gobierno de Tayikistán pagará 92 millones de dólares por el Boeing 787 adquirido por el presidente Felipe Calderón (2006-2012) por más de 218 millones, y que llegó a México en 2016 durante la presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018).

Desde que llegó al poder, López Obrador convirtió el avión en un emblema de una campaña contra los gobiernos anteriores a los que acusa de malbaratar y robar. El mandatario, en esa campaña, organizó hace dos años una rifa del avión en la Lotería Nacional que terminó en fracaso. En varias ocasiones aseguró que no vendería el avión por menos de 110 millones de dólares, el valor del primer avalúo, porque era malbaratarlo. Ahora lo hace por 92; y AMLO dice que podrá destinar esos fondos a dos hospitales.

Miren, México pierde con todo esto, y López Obrador marea la perdiz. Primero porque en la desesperación de vender el avión, lo hace por debajo de su precio de mercado. Segundo, porque a ese supuesto ingreso de 92 millones hay que restar los gastos que genera tener un avión así sin usar: seguros, mantenimiento, coste del hangar, etcétera. De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional, la SEDENA, el costo del mantenimiento anual del avión es de 10 millones de dólares... ¡por 4 años!

Además, habría que sumar los gastos de viajes presidenciales – que aunque pocos, los hubo – y de sus comitivas en vuelos comerciales, los gastos de seguridad adicional de esas comitivas y otros vuelos de la presidencia; o incluso el uso que le hubiera podido dar el canciller Marcelo Ebrard, quien sí ha viajado por el mundo haciendo su trabajo.

Costes al margen, lo que realmente me parece sorprendente, por decir lo menos, es que el gobierno de López Obrador, que está al frente de una economía que se encuentra entre las quince más grandes del mundo y que es la segunda de América Latina, no hubiera podido destinar 92 millones de dólares a dos hospitales porque no vendía el avión.

No, la venta del avión no es una victoria ni para AMLO, ni para México, ni para los mexicanos. Es más bien un escándalo.


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