Un punto ciego en el cambio de guardia permitió el rescate de los refugiados en la embajada Argentina

Los interrogatorios y detenciones aleatorias de funcionarios encargados de vigilar y hostigar a los refugiados en la embajada de Argentina en Caracas continúan, tras una semana de conocerse el escape, con evidente complicidad interna.
NTN24 ha podido tener algunos datos clave para que la "operación guacamaya" se ejecutara a la perfección.
Después de las elecciones presidenciales del 28 de julio y en vista de la negativa del régimen de entregar los salvoconductos para que abandonaran el país, comenzó a planificarse la idea de que fuesen extraídos.
La suspensión del servicio eléctrico, agua potable y el impedimento de ingresar medicinas aceleró el plan que se ejecutó en su totalidad la madrugada del sábado 3 de mayo, aunque el país entero, incluso sus gobernantes, se enteraron al caer la tarde del martes 6; tres días después.
La detección de puntos ciegos fue el primer propósito. Y aunque el régimen gastaba todos sus recursos tecnológicos para el asedio; equipos de bloqueo de señal, drones, armas, descuidó el punto más importante: el humano.
La operación de extracción y rescate debía incluir a la madre de la líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, Corina Parisca Pérez, el mismo día al mismo tiempo.
Machado coordinó en largas y detalladas conversaciones la acción de fuerzas especiales que concretaran el plan sin levantar sospechas.
El viaje de Maduro a Rusia aceleró el plan, pues los informantes filtraron que el dictador se llevaría el más grande equipo de seguridad en cuatro aviones. La pareja embarcó en un Airbus ACJ319 matrícula YV2984 y su enorme comitiva en dos Airbus A340-200 matrículas YV1004 e YV3554 rotulados con la marca Conviasa; y por último un jet ejecutivo Bombardier Global 6000, registro T7-102X.
Maduro fue informado del rescate minutos antes de bajarse del avión en Rusia. Lo llamó el encargado de la seguridad del país: el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, quien debió dar públicamente una versión "creíble" de lo sucedido, manteniendo la impresión de que controla lo que ocurre en Venezuela, como se lo encargó el jefe.
Las primeras 24 horas hubo silencio absoluto en todo el chavismo, aunque los medios que usa de propaganda oficial intentaron imponer la tesis de que salieron de que salieron por un acuerdo con la propia María Corina. Pero los dos gobiernos que debieron recibir los salvoconductos; Argentina y Brasil, aclararon en sendos comunicados que nunca el régimen respondió sus peticiones.
La cancillería venezolana, encargada de informar sobre asuntos diplomáticos, también se mantuvo callada.
Pero el silencio del régimen tenía sus horas contadas: Diosdado debía hacer como cada miércoles su programa televisivo "Con el Mazo Dando".
Con sintonía garantizada, comenzó más temprano de lo acostumbrado, en una transmisión desde La Guaira. El público cantó, bailó, hasta que Cabello con su acostumbrado sarcasmo se refirió al tema, intentando minimizarlo, contradiciéndose, contando medias verdades, leyendo cartas de supuestos “patriotas cooperantes”, e intentando mostrar a los aliados de Machado en una falsa rencilla.
Mostró dos fotos de la madre de María Corina, asegurando que salió por el aeropuerto de Maiquetía rumbo a Bogotá, pero la vestimenta no coincidía una con la otra. Además mostró una foto del pasaporte, a la que tiene acceso a través del Saime.
Además dijo que ya sabía que la encargada de asuntos comunicacionales de María Corina, la periodista Claudia Macero, había abandonado la embajada el 20 de agosto "si mal no recuerdo", porque "ahí podía salir el que quisiera", pero nunca en sus alocuciones anteriores lo había mencionado.
Lo que sí anunció al país ese día es que había un detenido, al que calificó de "coyote", que también - aseguró- planeaba extraer de una clínica a Rocío San Miguel cuando fuera operada por una fractura que tiene en el hombro.
Este hombre respondería al nombre de Manuel Edelio Mora Hernández, venezolano.
El régimen hasta ahora no ha aprobado el traslado de San Miguel a una clínica para su intervención quirúrgica.
Cuando el país se enteró de la noticia de que los refugiados habían sido rescatados, varios equipos de prensa se trasladaron al lugar, incluso la reportera de Telesur Madelein García, reportando “absoluta normalidad en el lugar” y los mismos encapuchados de siempre, pero esto cambió con las horas.
Para las 9 de la noche, todas las calles estaban más tomadas de lo común, se bloqueó el paso, llegaron equipos élite, entraron a la embajada vehículos del régimen y se cateó el lugar.
Cabello confirmó la irrupción en la sede diplomática al afirmar al día siguiente en un programa radial que "reconstruir" la casa "costará mucho".
Aunque insistió de que fue un acuerdo pero con las horas se produjeron allanamientos y desapariciones.
Una fuente aseguró a NTN24 que el rescate se hizo en la madrugada con vehículos rotulados con logos de los cuerpos de orden del régimen, y no hubo exigencia de credencial ni demostración de documentos de identificación entre el equipo que fue desplazado por el que llegó a rescatar a los refugiados. Encapuchados confiando en encapuchados.
Esto coincide con la carta de uno de los rescatados, Omar González, quien describe: "Cuando llegó el momento, todo se ejecutó con la precisión de un relámpago. En la madrugada, sin un solo rumor que delatara el movimiento, cumplimos las etapas previstas hasta que rostros desconocidos pero fraternos nos guiaron hacia la libertad".
Otra fuente reveló que a toda velocidad fueron llevados a otro punto para luego abordar un vuelo chárter, hasta finalmente llegar a los Estados Unidos. pero son ellos quienes se encargarán de dar todos los detalles la semana que viene.
Sin evidencias de salvoconductos, ni testimonios, ni fotografías, ni versiones creíbles, el régimen ha quedado desnudo ante el mundo del supuesto blindaje que tiene entre sus cuerpos de seguridad y peor aún, de sus fronteras.