Qué pasa en el mar para que un terremoto como el de Rusia genere temor en países sudamericanos como Colombia, Ecuador, Perú y Chile
Varias alertas de tsunami se generaron en la noche del martes luego del terremoto de magnitud 8,8 en la costa del extremo oriente de Rusia, uno de los sismos más potentes desde que hay registros.
Aunque las autoridades rusas informaron que hubo heridos leves y no se registraron víctimas mortales por el sismo, el temor por un posible tsunami invadió a cerca de una docena de territorios.
Las autoridades de países de la cuenca del Pacífico, desde Estados Unidos hasta Perú, pasando por México, Colombia, Ecuador, Perú y Chile, emitieron alertas de evacuación tras el terremoto, que el servicio meteorológico estadounidense dijo que fue uno de los 10 más potentes según los datos almacenados.
Unas 11 horas después del violento sismo, sin embargo, la alerta de tsunami fue levantada en la península de Kamchatka, en el extremo oriente de Rusia, el lugar donde se registró la brusca sacudida a las 11:24 a.m. del miércoles (hora local), a una profundidad de 20,7 kilómetros.
Los ciudadanos de los países en los que se generaron las alertas, entretanto, se cuestionaban escépticamente sobre el hecho de que una catástrofe natural situada a miles de kilómetros de distancia pudiera llegar a afectarlos.
¿Qué es lo que ocurre en el océano para que un terremoto en Europa llegue a generar temor en algunos países sudamericanos?
Según el Servicio Geológico Colombiano (SGC) un tsunami se genera principalmente por terremotos submarinos de gran magnitud, que desplazan verticalmente el fondo marino y la columna de agua, creando olas que se propagan, aunque también pueden ser causados por deslizamientos submarinos, erupciones volcánicas, o incluso el impacto de un meteorito.
De acuerdo con la US Geological Survey (USGS) de los Estados Unidos, los terremotos que producen tsunamis suelen ser eventos poco profundos que desplazan grandes cantidades de escombros en el lecho marino, generando olas que avanzan por el océano largas distancias.
La USGS resalta que los terremotos de empuje (cuando una placa tectónica se deliza sobre otra) tienen una probabilidad mucho mayor de generar tsunamis, pero en algunos casos se han producido pequeños eventos a partir de grandes terremotos de deslizamiento de rumbo (cuando bloques de roca se delizan a lo largo de una falla).
Según el organismo, es muy posible que los terremotos de magnitud 7,9 y mayores produzcan tsunamis locales destructivos cerca del epicentro e incluso pueden generar cambios significativos en el nivel del mar en regiones más amplias.
Es importante resaltar que los científicos no utilizan el término "maremoto" para referirse a este tipo de eventos, porque estas olas no son causadas por mareas. "Las olas de tsunami son diferentes a las olas oceánicas típicas generadas por el viento y las tormentas, y la mayoría de los tsunamis no rompen" en las orillas, explica la USGS, por lo que irrumpen tierra adentro.
En ese sentido, teniendo en cuenta que el fuerte movimiento telúrico se produjo a unos 130 km de la costa este de Kamchatka, península volcánica de Rusia que se interna en el océano Pacífico, las alertas de tsunami se propagaron rápidamente hacia las zonas costeras del que es el océano con mayor extensión.
Y es que en Rusia, por ejemplo, un tsunami inundó el puerto de Sévero-Kurilsk, en las islas Kuriles, cerca de 350 kilómetros del epicentro del terremoto, el sismo más fuerte en la región de Kamchatka desde 1952.
Aunque ya se han rebajado las alertas de tsunami en países como México y Colombia, las autoridades recomiendan estar alerta a los próximos informes, mientras que Chile, Perú y Ecuador continúan guardando las precauciones pertinentes.
