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Eclipse de Sol

Estas son las grandes diferencias entre el pasado eclipse anular de Sol y el próximo eclipse total que recorrerá América

Son muchas las diferencias entre los eclipses anulares y totales de Sol - Fotos EFE/Canva
Son muchas las diferencias entre los eclipses anulares y totales de Sol - Fotos EFE/Canva
Ambos fenómenos se producen cuando la Tierra, la Luna y el Sol se alinean, pero la ubicación del satélite natural produce características muy distintas.

Un eclipse de Sol es uno de los fenómenos naturales más esperados por las personas en todo el mundo, pero también es uno de los eventos astronómicos más esporádicos que existen y algunas regiones deben esperar varios años, incluso décadas, para ver uno desde sus territorios.

Por ejemplo, un evento natural como el del pasado sábado 14 de octubre no se veía en países como Colombia desde hace 25 años, exactamente desde el jueves 26 de febrero de 1998, cuando un eclipse total de Sol recorrió el norte del país y también el norte de Venezuela.

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Debido a esto se ha generado una enorme expectativa frente al paso por el continente americano – en muy poco tiempo – de dos espectaculares eclipses de Sol, uno anular y otro total. El primero fue el que ocurrió el 14 de octubre pasado y el siguiente sucederá seis meses después, el lunes 8 de abril del año 2024.

El primero de estos eclipses pudo ser visto por millones de personas desde Estados Unidos, pasando por México y varios países de Centroamérica, hasta llegar a Colombia y Brasil. El segundo podrá ser observado en varias regiones de México, Estados Unidos y Canadá.

De hecho, un área en el estado de Texas, donde se encuentra la ciudad de San Antonio, fue privilegiada con la afortunada experiencia de poder ver en su máxima intensidad los dos eclipses solares.

No obstante, aunque estos dos importantes fenómenos coincidieron en el hemisferio occidental, son muchas las diferencias que hay entre ellos, empezando por el tipo de imagen que ven los observadores cuando alcanzan su máxima intensidad.

Por un lado, el eclipse anular del pasado 14 de octubre no logró cubrir por completo el Sol y se vio como un disco oscuro sobre otro más grande y brillante, creando lo que se conoce como “anillo de fuego”.

Esto ocurre porque la Luna se encuentra en su punto más lejano de su órbita alrededor del planeta Tierra, llamado Apogeo, razón por la cual desde la perspectiva terrestre el satélite no alcanza a cubrir la totalidad de nuestra estrella.

Igualmente, en el caso de los eclipses anulares, el cielo no se oscurece demasiado, generando en los lugares de mayor intensidad un ambiente similar al de un atardecer.

De todas maneras, eventos como el del pasado 14 de octubre ofrecen características suficientes para maravillar a millones de personas que estaban en la ruta de la sombra lunar sobre la Tierra y pudieron mirar hacia el cielo con los instrumentos adecuados.

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Sin embargo, los eclipses totales de Sol, como el del 8 de abril de 2024, son considerados la “joya de la corona” de los eventos astronómicos de este tipo.

Durante este fenómeno, la Luna estará a la distancia ideal del planeta para cubrir por completo la luz de la estrella. Los observadores podrán ver cómo los dos discos se sobreponen hasta formar una sola circunferencia oscura, rodeada por un halo brillante blanco.

Se trata de la corona del Sol, que es la atmósfera exterior de la estrella, la cual puede ser vista a simple vista durante un eclipse total si las condiciones climáticas lo permiten.

Además, en los eventos de tipo total, el cielo se oscurece casi por completo, como si fuera de noche. Incluso, se pueden registrar descensos en la temperatura y los animales pueden mostrar comportamientos distintos.

Lo cierto es que, aunque sea anular o total, la alineación de la Tierra, la Luna y el Sol será siempre un fenómeno único, así como un privilegio para la región del planeta que pueda verlo en su máxima expresión.


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