De Colombia para el mundo: la Catedral de Sal deslumbra en importante feria internacional en Miami
La Catedral de Sal de Zipaquirá, una de las joyas turísticas más emblemáticas de Colombia, sigue conquistando al mundo. Esta vez, su imponente historia y belleza subterránea brillaron con fuerza en la feria Work Travel Center en Miami, donde Colombia fue seleccionada como país invitado, y qué mejor representante que la primera maravilla del país.
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Jenny Páez, gerente de la Catedral, destacó la importancia de este espacio en la feria: “Es una oportunidad increíble para mostrarle al mundo no solo un destino turístico, sino un símbolo de fe, historia y cultura”.
La Catedral, ubicada en lo profundo de una antigua mina de sal a 180 metros bajo tierra, fue tallada a mano por los propios mineros, y es mucho más que un templo, es un recorrido espiritual, artístico y sensorial.
Su ingreso comienza por un Vía Crucis de 16 estaciones, que conduce a una cámara principal donde se erige una cruz monumental bajo tierra, rodeada por escenas que representan la vida, pasión y muerte de Jesús.
Dentro del complejo también hay un túnel de vírgenes donadas por visitantes de todo el mundo, un museo subterráneo con esculturas en mármol y sal, y hasta una película interactiva que narra la evolución de este lugar sagrado y turístico.
Pero la experiencia va más allá de lo espiritual. La Catedral ha integrado espacios modernos como un spa de sal, zonas culturales, galerías y áreas dedicadas al bienestar, consolidándose como un centro turístico integral que mezcla tradición con innovación.
Además, es una fuente vital de empleo para la región. Más de 400 personas trabajan alrededor del complejo, convirtiéndolo en uno de los principales motores económicos de Zipaquirá. De hecho, recientemente recibió una declaratoria del Parlamento Andino que la acredita como un espacio de interés cultural, natural y patrimonial para América Latina.
La participación de la Catedral de Sal en esta feria no solo refuerza el orgullo colombiano, sino que invita al mundo entero a descubrir un lugar único, tallado por la fe y la historia. Un monumento vivo que conecta el pasado con el futuro, y que cada día demuestra que el turismo en Colombia es tan profundo, místico y poderoso como su mina de sal.
