
El satélite que revela lo que la selva tropical mantenía en secreto: una mirada que nunca antes se había tenido
Por años, la espesa vegetación de las selvas tropicales ha sido una barrera casi impenetrable para la observación desde el espacio. Incluso los satélites más avanzados fallaban al intentar mirar más allá del follaje, en parte por lo accidentado del terreno, y por otro lado porque la naturaleza misma parecía proteger sus secretos. Sin embargo, eso está cambiando.
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Tras dos décadas de desarrollo, la Agencia Espacial Europea lanzó el Biomass, un satélite único en su tipo, que utiliza una tecnología sin precedentes para ver lo invisible: atraviesa nubes, vegetación densa y hasta el hielo.
Fue lanzado el 29 de abril desde la Guayana Francesa y actualmente se encuentra orbitando la Tierra a más de 600 kilómetros de altitud, enviando información crucial sobre los ecosistemas más complejos del mundo.
Una visión profunda del planeta
A diferencia de cualquier otro satélite anterior, Biomass emplea una frecuencia de radar conocida como banda P, que emite pulsos de energía capaces de penetrar las copas de los árboles y reflejarse en los troncos y el suelo. Esta capacidad abre una nueva dimensión de conocimiento sobre las selvas tropicales, sus humedales ocultos y la densidad real de su vegetación.
Por ejemplo, las primeras imágenes captadas en regiones tropicales muestran una paleta de colores reveladora:
- Verde intenso: zonas densamente boscosas
- Azul y morado: extensiones de pastizales
- Rojo vibrante: humedales forestales, como los encontrados alrededor de ríos en Bolivia
Cada uno de estos ecosistemas almacena cantidades diferentes de carbono, por lo que conocerlos con precisión es fundamental para entender su papel en la regulación climática.
¿Para qué sirve esta información?
El objetivo es ambicioso: construir un mapa tridimensional global de los bosques, que permita estimar de forma precisa cuánta biomasa (es decir, carbono) contienen. Gracias a estos datos, los científicos podrán estudiar mejor el impacto de la deforestación, predecir cambios climáticos y diseñar estrategias de conservación más efectivas.
Además, como la mayor parte del carbono de un árbol se almacena en su tronco, el radar del Biomass permite medir con exactitud la cantidad de madera en los bosques, algo esencial en la lucha contra el calentamiento global.
También combate la deforestación ilegal
Una de las aplicaciones más poderosas de este satélite será detectar zonas de tala ilegal que hasta ahora pasaban desapercibidas durante meses o incluso años. Con el Biomass, las autoridades podrán reaccionar más rápido y frenar la pérdida de biodiversidad que ocurre en silencio bajo el dosel de los árboles.
Y no solo eso, la tecnología también se utilizará para estudiar el movimiento de glaciares, ya que el radar puede penetrar el hielo profundo, aportando información clave sobre el deshielo y sus consecuencias a nivel global.
Una herramienta para salvar el planeta
El Biomass no es solo un satélite, es una ventana a los mundos ocultos que sostienen la vida en la Tierra. Lo que antes era invisible, hoy se convierte en información concreta para proteger los bosques, frenar el cambio climático y entender mejor el planeta que habitamos.