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Crisis por deportaciones entre EE.UU. y Colombia

Crisis entre Estados Unidos y Colombia "deja una herida abierta" con implicaciones diplomáticas y en el comercio bilateral

Colombia y Estados Unidos enfrentaron este domingo un fuerte choque diplomático, que terminó con la aceptación de Colombia de las condiciones de deportación impuestas por Trump e implicaciones que perdurarán un buen tiempo.

Este domingo se vivió una de las crisis más agudas de las últimas décadas entre Estados Unidos y Colombia tras la negativa del presidente Gustavo Petro de recibir dos aviones militares estadounidenses que transportaban alrededor de 160 inmigrantes deportados.

La situación ha generado una significativa atención local e internacional debido a sus potenciales repercusiones en las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambas naciones.

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Sin embargo, tras más de 12 horas de tensión y advertencias de medidas entre ambos gobiernos, la Casa Blanca confirmó que el presidente colombiano, Gustavo Petro, aceptó todas las condiciones del presidente estadounidense, Donald Trump, para admitir sin restricciones a los colombianos deportados, incluso mediante el uso de aviones militares.

Este acuerdo, aunque ha evitado que la crisis diplomática crezca aún más, no pone punto final a las importantes consecuencias para la economía colombiana que puede traer este choque con los Estados Unidos.

El compromiso de Colombia de aceptar a sus ciudadanos deportados llevó a evitar la implementación inmediata de aranceles y sanciones económicas por parte de Estados Unidos. Sin embargo, estas sanciones permanecen en reserva y podrían activarse si Colombia incumple el acuerdo.

Según informó la administración Trump, las medidas incluyen restricciones de visado y una rigurosa inspección aduanera que seguirían vigentes hasta la llegada exitosa del primer vuelo de deportados.

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De hecho, ciudadanos colombianos con cita para la solicitud de visa estadounidense no fueron atendidos este lunes en el Centro de Atención al Solicitante (CAS) de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá.

“Su entrevista de visa o cita en el Centro de Atención al Solicitante programada para el 27 de enero ha sido cancelada debido a la negativa del gobierno colombiano a aceptar vuelos de repatriación de ciudadanos colombianos desde los Estados Unidos, los cuales el presidente Gustavo Petro había autorizado previamente”, les informaron en un documento.

La noche del domingo, el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, anunció que viajará a Washington, junto con el embajador Daniel García Peña, para dialogar y asegurar la implementación efectiva de los acuerdos, después de un trabajo conjunto que incluyó intercambios diplomáticos para resolver el conflicto.

El presidente Trump, por su parte, sostuvo que el objetivo es garantizar el respeto a la soberanía de Estados Unidos y espera que los países acepten a sus ciudadanos deportados.

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“Queda una herida abierta inmensa por un juego peligroso del presidente de la República. No sabemos cómo actúa él. Hoy puede estar en silencio y mañana volver a disparar en contra de Estados Unidos. Lo que ha pasado es una grave irresponsabilidad”, consideró en diálogo con NTN24 el presidente del Congreso colombiano, Efraín Cepeda.

En medio de todo este episodio, diferentes sectores han resaltado la gran dependencia de Colombia del mercado estadounidense, donde sus exportaciones han alcanzado los 13.000 millones de dólares anuales, representando un 29% del total de sus exportaciones.

Sectores tradicionales como el de las flores y el café, junto con industrias emergentes como la de ventanas, puertas y marcos, además de transformadores eléctricos, podrían verse vulnerables si las sanciones que se anunciaron este domingo llegaran a implementarse.

Dicho esto, múltiples voces advierten a Colombia la necesidad de manejar con cuidado las relaciones bilaterales para evitar consecuencias negativas mayores. La atención diplomática y comercial futura requerirá un enfoque cooperativo y un diálogo constante para prevenir futuras crisis de esta índole.

“En política internacional no se improvisa. Tiene que ser ejercida con responsabilidad, pragmatismo y pensando siempre en el interés estratégico de Colombia. Y tengo la impresión de que decisiones que se toman a la madrugada no son muy meditadas sino más bien improvisadas”, dijo a NTN24 el exministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Guillermo Fernández de Soto.


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