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Crisis en Venezuela

Altum: el restaurante de las alturas en Caracas que cayó por su propio peso

Se suspendía a sus 25 únicos comensales a 50 metros con la ayuda de una grúa durante una hora.
Se suspendía a sus 25 únicos comensales a 50 metros con la ayuda de una grúa durante una hora.
Por 180 dólares, Altum suspendía a sus 25 únicos comensales a 50 metros con la ayuda de una grúa durante una hora. Se inauguró en diciembre de 2022 y no llegó a mayo de 2023, casi un récord.

Cuando el país se enteró de que un exéntrico modelo de restaurante en grúa, al mejor estilo de Dubai, sería construido en Caracas con visión 360, surgieron las más despiadadas críticas en redes sociales por el contraste de este tipo de inversión y la cruda realidad social y económica que ahoga al venezolano común.

Por 180 dólares, Altum suspendía a sus 25 únicos comensales a 50 metros con la ayuda de una grúa durante una hora.

Pero uno de sus socios ha dado la cara desde siempre. Nelsy Blanco concedió varias entrevistas y aclaró que se trataba de un grupo de empresarios con tradición en el negocio culinario, arriesgándose a traer la experiencia a la capital de Venezuela.

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El hecho ocurría en medio de una corriente de influencers, expertos económicos y voceros del régimen que hablaban de una recuperación económica difícil de digerir para quienes han emigrado y siguen escuchando, dentro y fuera del país, de cortes eléctricos, escasez de agua, crisis hospitalaria, inflación de más de 400 por ciento y el peor sueldo de todo el continente.

Dentro del país, Altum estaba bastante lejos de las incansables protestas de todos los trabajadores del sector público que no cesan en reclamar por un sueldo justo.

Se inauguró en diciembre de 2022 y no llegó a mayo de 2023, casi un récord.

A la par, Nicolás Maduro hizo un hallazgo: Una parte de su equipo de gobierno tenía un entramado de corrupción que ha desfalcado a la nación por más de 31 mil millones de dólares. A los jerarcas del negocio petrolero se les incautaron aviones, edificios enteros de lujo, vehículos del año, toneladas de billetes en efectivo y negocios.

Parecían ser todos los integrantes de esa clase muy exclusiva que disfrutaba de la burbuja capitalina que hacía confundir sobre la realidad circundante. Esa que aún persiste, bloquea calles de guardaespaldas para asegurar un paso fluido, y come en los restaurantes que intentan mantenerse con los mismos clientes.

No todos los negocios se mantienen. Según la Cámara de Comercio, el promedio de duración de restaurantes es de dos años.

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Altum no duró ni eso. El frenazo a la recuperación económica llegó antes.

Su dueño otra vez da la cara. Este lunes conversó en un programa de radio en el que argumentó que se trató de un problema de miedo a las alturas, pues considera que los precios eran competitivos. "Más bien era barato".

"Es sencillito, miedo a las alturas. No fue el precio, no chico", dijo también a un conductor de otro programa de radio frente a su negocio.

"Hubo un periodo en el cual estuvimos como adaptándonos al tipo de negocio, no resultó facil, comenzamos con un precio, que consideramos era el justo por la cantidad de gastos operativos, pero siempre uno como comerciante va buscando dar con el precio ideal, hubo un precio de 180 dólares, eso duró un par de semanas, luego lo bajamos a 140, duró dos semanas mas, fue ensayo y error y los negocios hablan", comenta.

Nelsy Blanco no se rinde y cree que cambiarán el modelo para animar a las personas a visitarlo, pero aún no tiene claro exactamente qué hará. Lo que es un hecho, es que el restaurante de las alturas ha caído por su propio peso.


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