Léider Preciado, un apasionado por el fútbol, que sobrepasó barreras para llegar al balompié profesional
Léider Preciado, un exfutbolista colombiano que a punta de sacrificios y dedicación logró superar las adversidades y hacer su sueño realidad. Aunque lejos de su natal Tumaco, este hombre se ganó un lugar en el fútbol profesional en el cual brilló y cautivó con sus goles, y con su particular forma de celebrar.
El oriundo del departamento de Nariño, Léider, recuerda en Deportistas de Lujo con José Fernando Neira cómo fue ese primer contacto con el balón de fútbol, el cual con el tiempo se convirtió en un estilo de vida que lo llevó a tener un reconocimiento futbolístico no solo a nivel nacional, sino internacional, que hoy en día aún es recordado por muchos.
Tumaco, un lugar ubicado en el Pacífico colombiano que se destaca por sus playas y las aguas del océano Pacífico que lo rodean. Es un espacio en el que los niños no solo piensan en playa, sino donde la pasión del fútbol también los acompaña y se comparte entre amigos.
“Vivía un barrio que era puente entonces, uno pasaba por el barrio y le decía al compañero, vamos a tocar balón y desde ahí comenzó a visualizarse el sueño (…) A la edad de seis años”, expresó Léider a José Fernando Neira en Deportista de Lujo.
Una pasión que venía de la mano de las transmisiones que escuchaba en la radio y de los picaditos que se jugaba en la calle, a los que recuerda que en muchas ocasiones asistía sin el permiso de su madre, motivo por el que se ganaba el “regaño o la pegada”, manifiesto Preciado entre risas, quien también añadió “Uno aguantaba el latigazo por jugar al fútbol”.
Así transcurrió parte de su niñez y adolescencia, etapa en la que decide abandonar su natal Tumaco para emprender un camino lleno de desafíos. Con tan solo 14 años dice emprender un nuevo capítulo en Bogotá.
“Uno para hacer las cosas tiene que enfocarse en lo que quiere. A veces hay cosas que la gente no sabe, lo que uno vivió, y se vivió cosas difíciles”, expresó Léider Preciado, quien al llegar a la capital del país enfrentó varios retos para hacer su sueño realidad, como dormir en una colchoneta con poco abrigo en un taller, consumir una sola comida al día, movilizarse en el transporte público sin dinero y tener que caminar largas distancias, situaciones que enfrentó durante un tiempo aproximado de dos meses.
Sacrificios que sin duda alguna dieron frutos. En su camino se apareció Independiente Santa Fe, una institución que le abrió las puertas para construir su sueño y de paso tener un mejor estilo de vida, esto a mediados del año de 1995.
Sus características de rapidez y habilidad goleadora con Santa Fe fueron cualidades que, junto con la presión mediática que destacaba sus actuaciones en el rentado local, le permitieron ser llamado a Selección Colombia en 1998, con la cual disputó un par de amistosos y con la que tuvo la oportunidad de jugar en el Mundial de Francia de aquel año.
Con mucho orgullo recuerda esa convocatoria a la “Tricolor”, pues esto fue el fruto de la entrega, dedicación y sacrificio de años, una noticia que recibió en las instalaciones del conjunto Cardenal. Allí los directivos del club le dijeron: “Felicitaciones, que vas al Mundial, llegó la notificación”, hecho que lo tomó por sorpresa, pero que lo llenó de mucha alegría, no solo por el reto que iba a afrontar, sino porque iba a conocer a muchos futbolistas que veía como referentes e ídolos, como “Fredy Rincón, Faustino Asprilla, Óscar Córdoba”.
Un momento que sin duda marcó su carrera deportiva, pues tuvo un debut para él de ensueño; en aquella ocasión tuvo la oportunidad de debutar y marcar gol, un hecho que unió al país y desató alegría en su natal Tumaco.
El mensaje de Léider Preciado es que “Uno siempre tiene que ir con esa meta puesta, de que cuando uno quiere hacer las cosas, las puede hacer, no a la perfección, pero algo te sale”.
Preciado, quien hoy en día sigue ligado al fútbol y a Santa Fe, el equipo de sus amores, en el cual desempeña trabajos como entrenador de las divisiones menores del conjunto capitalino.
Agradece a Dios y a su familia por el acompañamiento durante este proceso lleno de aprendizajes, en el que la escuadra "Albirroja" ha sido una pieza fundamental.