“Al conservar al águila, se protege también todo el ecosistema que depende de ella” afirma Sebastián Betancourt, ornitólogo de la CAM
El águila real de montaña, una especie en peligro crítico en Colombia, ha encontrado en el Huila uno de sus principales refugios. El departamento ya registra siete nidos activos y avistamientos en 19 municipios, un avance que no habría sido posible sin el apoyo comunitario.
Sebastián Betancourt, ornitólogo de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM), explica que la conservación se fundamenta inicialmente en la educación ambiental. “Lo primero es que las personas entiendan la importancia ecológica de esta especie sombrilla, al conservar al águila, se protege también todo el ecosistema que depende de ella”.
Betancourt destaca que este trabajo ha permitido crear una red de 24 grupos de monitoreo y más de 100 organizaciones ambientales aliadas: “La comunidad participa de manera voluntaria. Nosotros los acompañamos y dotamos de equipos para que puedan reportar y vigilar los nidos”.
El más reciente hallazgo tuvo lugar en el municipio de Colombia, donde la comunidad llevaba cuatro años conservando un nido sin apoyo institucional. “Ese nido ya ha sacado cuatro polluelos. Gracias al compromiso local, el águila se ha mantenido y sigue reproduciéndose”, explica el ornitólogo.
“Encontrar nidos es muy difícil y las águilas abarcan territorios amplios. Seguramente hay más nidos que aún no conocemos, pero también muchas mueren sin saberlo. El problema es que su reproducción es muy lenta: un polluelo por año”, indica Betancourt.
Con siete nidos activos y una creciente red de conservación, el Huila se posiciona como un bastión clave para la supervivencia del águila real de montaña en Colombia, aunque la lucha por evitar su declive continúa.