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Siguen las evacuaciones de civiles en Mariúpol y las fuerzas rusas intensifican sus ataques

Civiles que son evacuados de un área cerca de la planta siderúrgica Azovstal en Mariúpol - AFP
Civiles que son evacuados de un área cerca de la planta siderúrgica Azovstal en Mariúpol - AFP
Hasta el momento, unos 500 civiles han podido ser evacuados de Azovstal gracias a corredores humanitarios auspiciados por la ONU y la Cruz Roja

El ataque ruso en Ucrania no cesa, incluso en la devastada Mariúpol, en el sureste, donde Kiev anunció que otras 50 personas pudieron ser evacuadas de la inmensa acería Azovstal, en la que se atrincheran combatientes y civiles en el último reducto de resistencia en la ciudad.

El sábado por la mañana, el Estado Mayor ucraniano afirmó que las fuerzas rusas habían seguido adelante con su ofensiva en este gran complejo industrial, pese a la tregua declarada unilateralmente por Moscú desde el jueves y durante tres días.

Hasta el momento, unos 500 civiles han podido ser evacuados de Azovstal gracias a corredores humanitarios auspiciados por la ONU y la Cruz Roja.

La vice primera ministra ucraniana Iryna Vereshchuk indicó que "50 mujeres, niños y ancianos" pudieron escapar el viernes y que tratarán de continuar las evacuaciones el sábado. Según la responsable, las tropas rusas "violaron constantemente" el cese el fuego, por lo cual la evacuación es "sumamente lenta". 

En el intrincado laberinto de pasadizos subterráneos de la acería y junto a los civiles también están atrincherados los últimos combatientes de la ciudad, pertenecientes al batallón Azov, algunos de ellos heridos. 

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La ciudad es un estratégico puerto en el mar de Azov y su control es muy importante para Rusia, ya que crearía una conexión entre las zonas separatistas prorrusas del este y la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014.

Sofocar el último reducto de resistencia en Mariúpol sería además una victoria mayor para Moscú, más de diez semanas después de la invasión de Ucrania.

- "Ya no queda nada" -

"Estamos evacuando a tanta gente como podemos", dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, el viernes, en una videoconferencia organizada por el centro de reflexión Chatham House de Londres.

"Mariúpol no caerá jamás (...) Está devastada, ya no queda nada, todo ha sido destruido", agregó.

Oleksii Arestovich, consejero del mandatario ucraniano, denunció que Rusia "intenta liquidar a los defensores de Azovstal e intenta hacerlo antes del 9 de mayo para hacer un regalo a Vladimir Putin".

Cada año, ese día Rusia celebra con un gran desfile militar en la plaza Roja de Moscú su victoria ante la Alemania nazi en 1945.

Este sábado se llevaron a cabo en la capital rusa los últimos ensayos antes de este desfile, que estará inevitablemente impregnado por Ucrania, donde la intervención militar, que muchos expertos preveían fulgurante, está marcada por las dificultades para Moscú.

Tras haber tenido que retroceder a las puertas de Kiev frente a las fuerzas ucranianas, más virulentas que lo previsto y avitualladas por los países occidentales, los responsables militares rusos concentraron la ofensiva en el este y sur del país.

El discurso de Putin será también la ocasión de dirigirse a los líderes occidentales y de lanzar nuevas advertencias, después de que los dirigentes rusos mencionaran en estas semanas en varias ocasiones la amenaza nuclear.

- Alto riesgo de bombardeos -

Además de Mariúpol, los combates siguen en otras zonas del país. El viernes, dos misiles cayeron en Odesa, el gran puerto ucraniano en el mar Negro sin provocar víctimas, según fuentes ucranianas.

"Por favor, no ignoren las alertas aéreas y vayan inmediatamente a los refugios, el riesgo de bombardeos es muy probable en todas las regiones de Ucrania", advirtió el alcalde de Kiev, Vitaly Klitshko.

Según fuentes del ministerio ruso, en las últimas horas, varios misiles fueron lanzados contra centros de almacenamiento de mano de obra y equipos militares en la región de Donetsk, en el Donbás ucraniano.

La aviación rusa también atacó instalaciones militares ucranianas durante la noche del viernes el sábado en las regiones de Járkov y Odesa, según estas fuentes.

Paralelamente, las fuerzas ucranianas siguen haciendo frente a las tropas rusas. Un informe publicado por el ministerio de Defensa británico estimó que "el conflicto en Ucrania genera pérdidas en las unidades rusas más capacitadas".

El sábado, el ejército ucraniano reivindicó en Facebook que había destruido un navío militar ruso cerca de la isla de las Serpientes, en el mar Negro, información no confirmada por Moscú.

En las fronteras de Ucrania, las autoridades de la región separatista prorrusa moldava de Transnistria informaron de que el viernes por la noche se produjeron cuatro explosiones sin causar víctimas.

Transnistria, una región separatista apoyada por Rusia, hizo secesión de Moldavia tras una breve guerra en 1992. Desde entonces Rusia tiene desplegados allí unos 1.500 militares.

Los temores de que el conflicto en Ucrania se extienda a Transnistria aumentaron después de que un general ruso afirmó que la ofensiva del Kremlin en Ucrania busca establecer un corredor hacia esta región separatista prorrusa.

- Ayudas, crisis y más sanciones -

El viernes, Estados Unidos concedió una nueva ayuda militar a Ucrania, de unos 150 millones de dólares, pero el presidente Joe Biden advirtió que los fondos destinados a este país estaban a punto de agotarse, e instó al Congreso a autorizar más.

Anteriormente, la administración estadounidense ya había enviado armamento por valor de más de 3.400 millones de dólares para respaldar a Ucrania.

Por primera vez desde el comienzo de la invasión, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución unánime de apoyo para buscar "una solución pacífica" en Ucrania.

La declaración, redactada por Noruega y México, indica que el Consejo de Seguridad, del que Rusia es miembro permanente y por tanto con derecho a veto, "manifiesta su profunda preocupación sobre el mantenimiento de la paz y la seguridad en Ucrania".

En el seno de la Unión Europea (UE), continúan las negociaciones sobre un posible embargo al petroleo ruso.

Sería la medida más dura adoptada por los 27 Estados miembros y por ahora no hay unanimidad. El primer ministro nacionalista húngaro, Viktor Orban, se opone al embargo porque el país es totalmente dependiente del crudo ruso y esta decisión equivaldría a "una bomba nuclear sobre su economía".

La guerra y las sanciones suponen un duro choque para los precios de los alimentos, ya que tanto Ucrania como Rusia son importantes productores de granos. 

Según la ONU, en África, los efectos de esta guerra provocan una crisis "sin precedentes" que se traduce en un aumento de los precios de los alimentos y del combustible.

INFORMACIÓN DE AFP 

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