La cara que hizo Messi al ver como el PSG marcaba el cuarto de la goleada que recibió el Inter Miami en el Mundial de Clubes
El reencuentro con el Paris Saint-Germain se saldó con una dolorosa humillación para Lionel Messi. Su equipo, el Inter Miami, fue despedazado 4-0 este domingo en Atlanta en los octavos de final del Mundial de Clubes.
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Jugando a un deporte distinto que el de la escuadra estadounidense en el primer tiempo, Luis Enrique y sus campeones de Europa se instalaron en la ronda de los ocho mejores, en la que enfrentarán el sábado al Flamengo o al Bayern de Múnich, que cierran la jornada dominical en Miami.
Los parisinos, grandes candidatos al título en Estados Unidos, sentenciaron la llave en un primer tiempo descomunal con un doblete del volante portugués João Neves (6, 39), un autogol del zaguero argentino-chileno Tomás Avilés (44) y una diana del marroquí Achraf Hakimi (45+3).
Resignado, cabizbajo o con la mirada perdida en el horizonte, el astro argentino vivió con impotencia el primer partido de su gloriosa carrera en el que pugnó contra un exequipo, en este caso, el PSG, al que defendió entre 2021 y 2023.
Aunque la afición en el majestuoso Mercedes-Benz Stadium le demostró reverencia y cariño, aplaudiéndolo cada vez que entró en acción, el 10 apenas tuvo chispazos en un duelo de diferencias abismales y tenor emotivo, ya que reencontró a los Cuatro Fantásticos del Inter Miami con Luis Enrique, su extécnico en el Barcelona.
Las esperanzas de quienes querían que Messi, de 38 años, tomara revancha de su paso infeliz en la capital francesa tuvieron que haberse esfumado muy pronto, pues fue evidente desde temprano que Las Garzas no contaban con armas para frenar a los reyes de Europa.
Con un galo Bradley Barcola soberbio, tan desequilibrante como cerebral, y el trío del medio campo completamente enchufado, el PSG aseguró la serie muy rápido al explotar la flaqueza de la banda derecha rosa.
El portugués Vitinha lanzó una falta desde esa zona que halló sin marca a su compatriota João Neves, cuya cabeza venció por primera vez al portero argentino Oscar Ustari.
Lo haría de nuevo media hora más tarde, al empujar la bola a voluntad tras una asistencia del español Fabián Ruiz en una jugada iniciada en una bonita autohabilitación de Barcola en la frontal del área.
Al cierre de los primeros 45 minutos, el PSG consiguió reflejar en la cuenta su superioridad absoluta, que no permitió siquiera un remate desviado hacia la portería del italiano Gianluigi Donnarumma.
Con un centro envenenado, Hakimi forzó un gol en contra de Avilés, quien ingresó en el arranque del partido por una lesión del estadounidense Noah Allen.
Y luego, el propio marroquí, sentenció la paliza tras recibir de Barcola adentro de las 18 y aprovechar un rebote tras su primer disparo contra el arco de Ustari.
A pesar del apoyo masivo de la afición, que lo alentó con gritos de "¡Messi, Messi!", el ganador de ocho Balones de Oro se despidió del sueño mundialista con una goleada encima.