El cantante estadounidense R. Kelly fue hospitalizado tras pasar una emergencia médica en prisión
El reconocido cantante estadounidense Robert Sylvester Kelly, mejor conocido en la industria como R. Kelly, tuvo que ser hospitalizado tras pasar una emergencia médica en prisión.
El artista, que se encuentra en prisión cumpliendo su condena de 50 años de cárcel por sus dos sentencias de delitos sexuales, habría sufrido una sobredosis por lo que fue trasladado al hospital.
Según el abogado de Kelly, Beau B. Brindley, el personal de la prisión Bureau of Prisions en el centro federal de Butner, en Carolina del Norte, le administró una excesiva dosis de medicamentos.
Brindley asegura que su cliente fue obligado a tomar la medicación mientras estaba solo en el confinamiento y que al día siguiente empezó a tener mareos y a ver puntos negros.
Luego de esto Kelly se habría desmayado cuando estaba intentando levantarse. Fue entonces cuando lo llevaron al Hospital de la Universidad de Duke.
Según Brindley, Kelly escuchó a uno de los oficiales de la cárcel decir sobre la situación que: “esto va a abrir una lata de gusanos completamente nueva”.
En el hospital, el personal médico informó que, en efecto, R. Kelly recibió una sobredosis de medicamentos, y que además encontró coágulos sanguíneos en las piernas y pulmones.
El abogado del rapero, de 58 años, acusa a las autoridades de la prisión de negarle a su cliente una cirugía que necesita para poder tratar los coágulos en sus pulmones.
“Es innegable. La vida del Sr. Kelly está en peligro porque la Bureau of Prisons le negó la cirugía necesaria para despejar los coágulos de sus pulmones”, declaró Brindley.
Ante la situación, Kelly ha pedido que le otorguen permiso temporal para continuar su condena bajo arresto domiciliario.
En septiembre de 2022, el cantante fue declarado culpable por un jurado federal en Chicago por los delitos de producción de pornografía infantil y otros tres cargos más por abusar sexualmente de una menor.
El también productor fue condenado en junio de 2022 a 30 años de prisión en Nueva York por reclutar a menores y mujeres para abusarlas sexualmente.
En dicho caso, el intérprete de "I Believe I Can Fly" fue declarado culpable de extorsión y otros ocho cargos relacionados con tráfico sexual.
El juicio dejó en evidencia cómo el artista utilizaba su reconocimiento público para atraer a adolescentes con la promesa de sacar adelante sus carreras musicales cuando, sin embargo, eran obligadas a tener relaciones sexuales con él utilizando “medidas coercitivas”.