Brasil reclama a Estados Unidos por "trato denigrante" a 88 brasileños deportados
El gobierno de Brasil expresó su indignación después de que 88 migrantes deportados de Estados Unidos llegaran en avión esposados, calificándolo de "flagrante desprecio" por sus derechos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores afirmó que exigiría una explicación a Washington por el "trato degradante a los pasajeros del vuelo".
La disputa ocurre tras el regreso al poder del presidente estadounidense Donald Trump, que trae consigo una agenda migratoria de línea dura y promete medidas enérgicas contra la migración irregular y deportaciones masivas.
Cuando el avión aterrizó en la ciudad norteña de Manaos, las autoridades brasileñas ordenaron a los funcionarios estadounidenses "quitarle inmediatamente las esposas", dijo el Ministerio de Justicia en un comunicado.
Brasil pedirá "explicaciones al gobierno de Estados Unidos sobre el trato degradante a los pasajeros" en el vuelo del viernes por la noche, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
El vuelo tenía como destino original la ciudad de Belo Horizonte, en el sureste del país, pero un problema técnico lo obligó a aterrizar en Manaus.
La ministra de Derechos Humanos de Brasil, Macae Evaristo, dijo a los periodistas que en el vuelo también iban "niños con autismo que pasaron por experiencias muy graves".
Imágenes de la televisión brasileña mostraron a algunos pasajeros descendiendo del avión civil, con las manos esposadas y los tobillos encadenados.
"Al conocer la situación, el presidente Lula ordenó la movilización de una aeronave de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) para transportar a los brasileños hasta su destino final, a fin de garantizar que pudieran completar su viaje con dignidad y seguridad", informó el Ministerio de Justicia.
Trump prometió tomar medidas enérgicas contra la inmigración ilegal durante la campaña electoral y comenzó su segundo mandato con una serie de medidas ejecutivas destinadas a reformar el ingreso a Estados Unidos.
En su primer día en el cargo, firmó órdenes declarando una "emergencia nacional" en la frontera sur de Estados Unidos y anunció el despliegue de más tropas en la zona, al tiempo que prometió deportar a "extranjeros criminales".