Investigación destapa el método que usó el buque petrolero venezolano para burlar el rastreo hasta que EE.UU. lo incautó
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La ONG Transparencia Venezuela, que funciona desde el exilio, publicó este jueves una investigación que detalla el prontuario del tanquero Skipper, incautado por Estados Unidos el pasado 10 de diciembre en aguas del Caribe.
El petrolero fue adquirido en octubre de 2022 por la naviera Triton Navigation Corp, con sede en Nigeria y desde entonces operaba con Thomarose Global Ventures Ltd..
Aunque entre 2021 y 2022 llevaba el nombre Adisa y prestaba servicios a clientes chinos, pero la OFAC lo sancionó por navegar sin reportar escalas y violar prohibiciones de exportación de crudo iraní, además de ser vinculado a Hezbolá.
La investigación revela que el barco usaba una bandera de Guyana, que según autoridades de ese país, no han emitido ningún registro, por lo que sugiere que la matrícula es falsa.
Además se conoció que desde 2024 el Skipper estaba registrado como "fuera de servicio", pero mantenía operaciones clandestinas.
Los registros muestran extensos itinerarios en la India, África y el Caribe:
- 12 de septiembre: aparece a 250 millas náuticas al suroeste de India.
- 18 de septiembre: llega al estrecho de Ormuz, donde navega en círculos durante 24 horas.
- 19 de septiembre: sale sin carga, solo con lastre.
- Rodea la península arábiga y África.
- Cruza el Atlántico y se detiene el 28 de octubre a 100 millas náuticas al noreste de Guyana.
- Permanece allí hasta el 5 de diciembre, cuando apaga su señal AIS.
- Reaparece el 10 de diciembre, saliendo del Caribe entre Grenada y Trinidad y Tobago, donde fue abordado por fuerzas estadounidenses.
Tras su incautación, Nicolás Maduro afirmó que el barco estaba cargado con 1,9 millones de barriles, aunque MarineTraffic indicaba 1,1 millones.
Solo con esta operación, el régimen venezolano perdió entre 50 y 100 millones de dólares, según las diferentes estimaciones.
Ante las sanciones económicas el chavismo recurre a "buques fantasma", navíos que evaden el embargo con artimañas como usar banderas falsas, esconder su señal de radares y programar rutas ficticias y poder vender el crudo. Pese a estas estrategias, la circulación de los barcos es visible y era tolerada por Estados Unidos, según afirman expertos.
Los compradores de petróleo venezolano se exponen a sanciones estadounidenses y Maduro se ve obligado a vender por debajo del precio de mercado, con descuentos de hasta el 20%.
Se estima que China compra el 80% de la producción venezolana a través de Malasia, que actúa como fachada.
En estas operaciones los pagos se efectúan en criptomonedas estables, principalmente USDT, para evadir las sanciones.