Antigua nave espacial soviética que caerá a la Tierra sin control alcanzaría la superficie: fue hecha para ingresar a otro planeta

En el año 1972, la Unión Soviética lanzó al espacio dos sondas cuyo objetivo era llegar hasta Venus, el segundo planeta desde el Sol en nuestro sistema solar, penetrar su atmósfera y posarse sobre su superficie.
La Venera 8 despegó primero y le tomó 117 días llegar a Venus, planeta al que ingresó el 22 de julio de 1972. Cuatro días después del despegue de la primera misión, salió del planeta la sonda Cosmos 482, la cual – sin embargo – no logró iniciar el viaje interplanetario para el cual fue creada.
Al intentar dejar la atmósfera, “se separó en cuatro partes, dos de las cuales permanecieron en órbita baja terrestre y se desintegraron en 48 horas, y dos partes (presumiblemente la sonda de aterrizaje y la unidad de motor de la etapa superior desprendida) se situaron en una órbita más alta”, explica la NASA.
Según los análisis, es posible que una falla haya provocado que el motor de la cápsula se quemara antes de alcanzar la velocidad necesaria para iniciar su traslado a Venus, por lo que las partes quedaron suspendidas en una órbita elíptica alrededor de la Tierra.
Ahora, tras más de 50 años en los que la órbita de la cápsula Cosmos 482 fue decayendo, es probable que este sábado 10 de mayo de 2025 la sonda ingrese a la Tierra sin control e impacte un lugar entre las latitudes 52 Norte y 52 Sur, una amplia franja en la parte media del planeta en la que se encuentran países como Colombia y Venezuela.
La NASA resalta que “dado que la sonda fue diseñada para resistir la entrada en la atmósfera de Venus, es posible que sobreviva a la reentrada en la Tierra y alcance la superficie”, por lo que diferentes organismos hacen seguimiento permanente al comportamiento del objeto.
No obstante, la incertidumbre sobre dónde podría impactar se mantendrá hasta que suceda su reingreso al planeta.
Recopilando información de distintas fuentes, se ha podido establecer que la nave Cosmos 482 tenía un peso total de 1.184 kg. Sin embargo, la parte que quedó orbitando la Tierra pesaría alrededor de 495 kg.
La sonda, que funcionaba con baterías, también contaba con una cubierta superior diseñada para desprenderse al entrar a Venus y extender un paracaídas de 2,5 metros cuadrados.
Entre los instrumentos que llevaba había sensores de temperatura, presión y densidad, así como un acelerómetro, un radioaltímetro, un anemómetro, un espectrómetro de rayos gamma, un analizador de gases, fotómetros visibles y transmisores de radio.