Impacto de la nave DART contra el asteroide Dimorphos en 2022 generó cúmulos de rocas de hasta 7,2 metros de diámetro y pudo alterar su orbita

El 26 de septiembre de 2022, la NASA logró un hito espacial inimaginable: chocar una nave contra la superficie de la luna de un asteroide con el fin de desviar su trayectoria, en un intento por desarrollar mecanismos que puedan proteger a la Tierra de futuras amenazas.
La misión encargada de tal hazaña fue DART (Prueba de Redirección de Doble Asteroide) y el objeto impactado fue Dimorphos, una luna de aproximadamente 160 metros de ancho del asteroide cercano Didymos, ubicado a unos 11 millones de kilómetros de la Tierra.
El impacto contra Dimorphos, que se dio a una velocidad de 6,4 kilómetros por segundo, logró reducir la órbita del satélite alrededor del asteroide Didymos en unos 32 minutos, logró que fue compartido y celebrado por la NASA.
“Hubiera sido un éxito si la hubiera ralentizado solo unos 10 minutos, pero la redujo de hecho 32. Es un momento decisivo para la defensa planetaria y un momento decisivo para la humanidad”, dijo el entonces administrador de la agencia espacial estadounidense, Bill Nelson.
Sin embargo, un reciente estudio publicado en The Planetary Science Journal y liderado por Tony L. Farnham, profundiza ahora en las posibles consecuencias de aquella colisión estudiando imágenes que detallan la expansión y evolución del material eyectado de Dimorphos tras el impacto.
Las imágenes fueron logradas por la sonda que acompañaba a la nave DART, el Cubesat Ligero Italiano para la Imagen de Asteroides (LICIACube), la cual documentó los efectos entre 29 y 243 segundos después del choque.
Los investigadores resaltan en sus conclusiones como “un aspecto notable” el hallazgo de cúmulos de rocas de hasta 7,2 metros de diámetro, que fueron eyectadas a velocidades de hasta 52 metros por segundo.
“Nuestro análisis de la distribución espacial de 104 de estos bloques sugiere que probablemente sean restos de bloques más grandes destrozados por la sonda DART en las primeras etapas del impacto”, señala el estudio.
Los astrónomos también resaltan que el impulso identificado en estos bloques fue tres veces mayor al de la sonda DART en el impacto, fuerza que se dirige principalmente hacia el sur, casi perpendicular a su trayectoria.
Por todo esto, los investigadores concluyen que la eyección de estos bloques ha provocado el retroceso de Dimorphos, lo que pudo alterar su plano orbital "hasta cierto grado" con una ligera inclinación hacia el ecuador de Didymos.
Todos estos hallazgos brindan información muy importante para futuras misiones que busquen a través de un "impactador cinético" desviar la trayectoria de un asteroide.
Por ahora, habrá que esperar hasta 2026 para comprobar las conclusiones del estudio y evaluar con detalle las consecuencias de la Misión DART, pues se espera que en ese año llegue a este mismo sistema la sonda Hera, cuyo objetivo es medir los efectos de la colisión.