Ante un eventual ataque de EE.UU., ¿qué fronteras tendría más cerca el régimen de Maduro?
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Las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela han subido de nivel desde que el Gobierno de Donald Trump ordenó un despliegue militar en el Caribe con el argumento de reforzar las operaciones antinarcóticos.
Desde entonces, Washington ha movilizado buques de guerra, aviones de combate y tropas en la región, mientras que en territorio venezolano se ha registrado una expansión de milicias y grupos irregulares asociados al régimen de Nicolás Maduro.
En un escenario de escalada militar o eventual ataque de EE.UU., las fronteras terrestres de Venezuela con Colombia, Brasil y Guyana representan los primeros puntos geográficos donde podrían sentirse los efectos.
Colombia: la frontera más extensa y la más sensible
Con 2.341 kilómetros compartidos, la frontera colombo-venezolana es la más importante según fuentes, y ha sido durante décadas un epicentro de tensiones políticas, económicas y de seguridad.
Desde años atras, la crisis económica y social de Venezuela se ha visto marcada por hiperinflación, escasez y represión millones de ciudadanos que comenzaron a cruzar hacia el lado colombiano.
Según datos de Naciones Unidas, aproximadamente 2,8 millones de venezolanos llegaron a Colombia en los años siguientes, parte del éxodo de 7,9 millones de personas que ha abandonado el país durante el chavismo.
Ese movimiento masivo convirtió los pasos fronterizos, formales e informales, en escenarios donde confluyen migrantes vulnerables, grupos armados, contrabandistas y narcotraficantes.
La presencia de disidencias de las FARC, el ELN y bandas criminales a ambos lados de la frontera ha mantenido la tensión durante décadas. En caso de un conflicto armado en Venezuela, diferentes medios advierten que este sería uno de los puntos más inestables de toda la región.
Brasil: frontera extensa, selvática y marcada por la minería ilegal
La frontera entre Venezuela y Brasil supera los 2.137 kilómetros, atravesando áreas selváticas casi despobladas entre las cuencas del Orinoco y el Amazonas. A diferencia de la frontera con Colombia, esta zona se caracteriza por la baja densidad poblacional, aunque también por la riqueza mineral que ha alimentado economías ilegales.
La plataforma migratoria R4V estima que Brasil ha acogido 680.145 venezolanos en los últimos años, la mayoría ingresando por el paso terrestre de Pacaraima. Aunque la cifra es menor que la de Colombia, representa un desafío humanitario significativo para una región históricamente débil en infraestructura.
Además, investigaciones de Insight Crime han documentado que la minería ilegal, la extracción de oro, la deforestación y el narcotráfico son fenómenos extendidos tanto del lado venezolano en los estados de Amazonas y Bolívar, como del lado brasileño en Amazonas y Roraima. En un contexto de tensión militar, esta zona podría convertirse en territorio de disputa entre grupos irregulares y fuerzas estatales.
Guyana: la frontera más pequeña
La frontera con Guyana, de 789 kilómetros, es la más corta de Venezuela, pero desde 2023 se volvió la más sensible. El referendo impulsado por Caracas para crear el estado de “Guayana Esequiba” dentro del territorio en disputa con Guyana llevó el conflicto a un punto crítico.
Guyana acusó al Gobierno de Maduro de intentar una “anexión” del Esequibo, un territorio rico en petróleo y recursos naturales. La Corte Internacional de Justicia calificó como “ilegal” el intento venezolano, pero aun así, en 2024 la Asamblea Nacional aprobó la creación del nuevo estado sin efectos prácticos, asignándose de manera simbólica la autoridad legislativa sobre el área.
El conflicto se remonta al Laudo Arbitral de París de 1899, que fijó los límites entre Venezuela y la entonces colonia británica. Caracas declaró el laudo “nulo” en 1962 y el caso terminó en La Haya tras la independencia de Guyana en 1966.
Finalmente, en agosto, mientras EE.UU. ampliaba sus operaciones antinarcóticos enfocadas en el llamado Cártel de los Soles al que Washington vincula directamente con altos mandos del régimen, el Gobierno de Guyana expresó “grave preocupación” por la amenaza que representa el narcoterrorismo y las redes criminales que operan en la región. En su comunicado, Georgetown enfatizó que colaborará con los países aliados para combatir el crimen organizado transnacional.