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Ecuador

¿Busca el Gobierno de Ecuador dividir al movimiento indígena en medio del paro?

Zenaida Yasacama, líder del pueblo Kichwa de Pakayaku de la Amazonía ecuatoriana; David Sánchez, analista político, y Antonio Ricaurte, exalcalde de Quito, debatieron en Ángulo de NTN24 sobre la legitimidad del acuerdo por un posible final del paro.

Una serie de atentados en Ecuador exponen la continua crisis de violencia y retan la política de seguridad del Gobierno de Daniel Noboa, mientras parece anticiparse el fin del paro indígena según un funcionario.

El ministro del Interior, John Reimberg, anunció el fin de paro tras una reunión de varias horas en el municipio de Otavalo con dirigentes de Imbabura y no con los representantes nacionales de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

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El anuncio de Reimberg, cabe resaltar, se dio un día después de intensos enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de Seguridad, por lo que aún faltaba que las bases confirmaran la aceptación de dicha tregua.

Zenaida Yasacama, líder del pueblo Kichwa de Pakayaku de la Amazonía ecuatoriana y exvicepresidenta de la Conaie; David Sánchez, analista político, y Antonio Ricaurte, exconcejal, exalcalde de Quito y analista político, debatieron sobre este tema en Ángulo de NTN24.

"El fin del paro hasta ahora no existe, ayer en horas de la tarde se tuvo un supuesto diálogo con ciertos dirigentes en el que hemos visto que no ha sido un diálogo consolidado. Más bien, por parte de las bases, quienes están en la lucha, ha sido rechazado", expresó Yasacama.

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La líder indígena argumentó que "el Gobierno ha buscado muchas formas para poder dividir al movimiento indígena" desde la Conaie y las estructuras que conforman esa organización.

"Hemos visto que este tipo de diálogos nunca se cumplen, solo se queda en palabras. Es como que creen todavía que los pueblos indígenas no estamos en condiciones de dialogar y poner las cosas sobre la mesa", expresó.

El exconcejal Ricaurte, por su parte, aseveró inicialmente que nunca se trató de un paro nacional, sino de "un paro cantonal" de la ciudad de Otavalo y de la ciudad de Cotacachi, antes de lamentar "una paralización y un secuestro" de ambas ciudades.

"Lo que único que están haciendo con esta presencia y actitud permanente violenta de incendiar al país es generar el odio y rechazo de la gente. Tienen que primero sintonizar con la gente y saber hacer las cosas de manera distinta, caso contrario están en extinción", consideró Ricaurte.

Para el analista Sánchez, que dijo que se trataba de un "paro local que tiene efectos nacionales", es importante considerar la postura del Gobierno de empezar las negociaciones, aunque calificó como un error por parte del equipo asesor "no tener un conocimiento previo" de cómo funcionan las organizaciones indígenas.

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"Este paro tiene un tinte muy especial, diferente a los anteriores en el año 2019 y en el año 2022, cuando se sentaron en mesas de negociaciones la dirigencia indígena. Esta vez las bases están presionando, pero es precisamente porque la dirigencia indígena, en su momento, traicionó las aspiraciones que tienen las bases, por lo que ahora se concentran en estas federaciones", expuso Sánchez.


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