“Mi hermano desapareció y al mes lo acusaron de mercenario”: la angustia de las familias colombianas con parientes detenidos en Venezuela
El 17 de octubre, el número dos del régimen venezolano, Diosdado Cabello, anunció la captura de varios extranjeros a quienes señaló de ser “mercenarios” que operaban en su territorio.
Entre los detenidos hay colombianos que, según sus familias, fueron arrestados sin justificación y permanecen presos sin derecho a defensa.
Uno de los casos más emblemáticos es el de Manuel Tique, un colombiano de 33 años que desapareció sin rastro durante semanas.
Solo un mes después su familia supo de él, cuando Cabello lo presentó públicamente como “un reclutador de paramilitares” que, bajo la fachada de pertenecer a una ONG, “ayudaba a mercenarios y terroristas”. Su familia insiste en que esas acusaciones son falsas.
Asimismo, una historia similar vive la familia de Martín Rincón, un palmicultor detenido en septiembre de 2024. Durante meses, sus allegados no supieron nada de él. Vicky Latorre, una persona cercana al caso, lo localizó recién en mayo del año siguiente, y desde entonces se ha convertido en la voz de 18 familias que aseguran vivir la misma situación.
“Tememos que los acusen de terrorismo o de temas políticos con los que no tienen relación alguna. Ninguno de ellos pertenece a grupos armados ni tiene vínculos con la política venezolana o colombiana”, afirmó Latorre.
De acuerdo con información recogida por BBC Mundo, los detenidos se encuentran recluidos en la cárcel El Rodeo I, en las afueras de Caracas. La Cancillería de Colombia tiene registro de al menos 37 ciudadanos en prisión en circunstancias similares a las de Tique.
Las autoridades venezolanas aseguran haber excarcelado a 2.006 personas desde 2024, aunque el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, solo ha podido verificar la liberación de 1.500 detenidos hasta junio de 2025, tras las elecciones en las que Nicolás Maduro se proclamó ganador.
Mientras tanto, el gobierno de Gustavo Petro mantiene una posición ambigua frente a Caracas. Aunque no reconoce oficialmente la reelección de Maduro, ha defendido la importancia de mantener las relaciones diplomáticas por motivos de seguridad y estabilidad fronteriza.