Venezuela fue refugio durante 30 años del terrorista que causó el peor atentado en Panamá: Hizo estallar un avión y luego vivió en paradisíaca isla
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Desde hace más de tres décadas Panamá y Estados Unidos estaban tras la pista de Ali Zaki Hage Jalil, un hombre con ahora nacionalidad venezolana, acusado de derribar un avión comercial de Alas Chiricanas y matar a sus 21 ocupantes, en su mayoría judíos, en 1994.
Este sábado las autoridades panameñas informaron que el terrorista fue detenido en la Isla de Margarita, donde se ocultó todo este tiempo.
La aeronave estalló poco después de que despegara del aeropuerto internacional de Colón, en el norte panameño, con 21 personas a bordo, incluidos 13 empresarios judíos. Se trata del peor atentado en la historia del país.
"La aprehensión del requerido se efectuó" el 6 de noviembre "en la isla de Margarita", en el estado venezolano de Nueva Espara, detalló la policía. "Se realizan las coordinaciones (...) a fin de iniciar procesos de extradición", subrayó.
La cancillería de Panamá indicó el sábado que inició "los trámites diplomáticos y judiciales" para "lograr que el arrestado enfrente la justicia panameña".
Además expresó su "preocupación" por la "presencia y residencia en total impunidad de un individuo en la República Bolivariana de Venezuela - vinculado del atentado terrorista cometido contra el vuelo 901 del 19 de junio de 1994".
En 1995, Estados Unidos ofreció dos millones de dólares de recompensa por información sobre el atentado aéreo.
Washington incluyó en un informe sobre terrorismo la caída del avión panameño y lo relacionó a un posible acción de un comando suicida del movimiento chiíta libanés Hezbolá.
"Me llena de esperanza saber que no se han olvidado de nuestros seres queridos", dijo a la AFP Karina Smith, cuyo abuelo falleció en el accidente.
Durante años, las autoridades panameñas esbozaron dos teorías sobre este accidente: podría tratarse de un ajuste de cuentas del narcotráfico o que se trató de un ataque antisemita.
El caso tomó impulso en 2018 cuando el entonces presidente panameño, Juan Carlos Varela, pidió reanudar las investigaciones tras recibir información nueva durante una visita oficial a Israel.
Según Varela, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, le comentó que el servicio de inteligencia de su país determinó que la caída del avión fue un "atentado terrorista" llevado a cabo presuntamente por Hezbolá.
Poco después, la Fiscalía Superior de descarga reabrió el caso "para investigar un supuesto caso de terrorismo".