A pocas horas para que se conozca la selección sudamericana que jugará el repechaje, estudio revela el preocupante riesgo que corren las sedes del Mundial
A pocas horas para que se conozca la selección sudamericana que jugará el repechaje que otorga la séptima posición de las Eliminatorias Sudamericanas para la Copa Mundial de la FIFA 2026, un informe reveló el riesgo que corren las sedes de la máxima cita en Estados Unidos, México y Canadá.
Y es que el próximo Mundial, a cuya repesca pueden llegar a clasificarse Venezuela o Bolivia dependiendo de los resultados de la última fecha de la clasificación regional, podría ser el último de Norteamérica "sin una adaptación climática urgente", según un nuevo estudio que destaca las amenazas del clima extremo.
El informe "Canchas en peligro" encontró que 10 de las 16 sedes corren un riesgo muy alto de experimentar condiciones extremas de estrés térmico.
14 de los 16 estadios que recibirán el prestigioso certamen, incluso, superaron los umbrales de seguridad en 2025 para al menos tres grandes riesgos climáticos: calor extremo, lluvias imposibles de jugar e inundaciones.
Trece ya experimentan, al menos, un día cada verano en que se excede el umbral de la FIFA para las pausas de hidratación de 32 grados centígrados de temperatura de globo húmedo (WGBT por sus siglas en inglés), un índice reconocido internacionalmente que se utiliza para medir el estrés térmico humano bajo la luz solar directa.
Las temperaturas en Atlanta, Dallas, Houston, Kansas City, Miami y Monterrey superaron esa marca durante dos meses o más.
El análisis estimó que diez personas experimentan al menos un día cada verano una temperatura media anual del 10% (WBGT) de 35 grados, identificada por los científicos del clima como el límite de la adaptabilidad humana al calor extremo, siendo Dallas (31 días) y Houston (51) las más afectadas.
Si bien los estadios de Dallas y Houston mitigarán el calor con techos, los riesgos climáticos se extienden más allá de los estadios de élite.
El informe advierte también que la cancha egipcia del delantero Mohamed Salah podría enfrentar más de un mes de calor insoportable al año, mientras que la cancha de la infancia del capitán nigeriano William Troost-Ekong podría sufrir 338 días de calor extremo en 2050.
"A medida que avancemos en la década, los riesgos seguirán aumentando a menos que tomemos medidas drásticas, como trasladar las competiciones a los meses de invierno o a regiones más frías", dijo Piers Forster, director del Centro Priestley para el Futuro del Clima en Leeds.
El informe de 96 páginas insta a la industria del fútbol a comprometerse con el cero neto —estado en el que la cantidad de gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera se equilibra con la cantidad que se elimina de ella— para 2040 y a publicar planes de descarbonización "creíbles", al tiempo que pide a los organizadores de torneos que creen fondos de adaptación.
La investigación concluyó que el 91% de los 3.600 aficionados encuestados en los tres países anfitriones quieren que el Mundial 2026 sea "un referente en materia de sostenibilidad".
Asimismo, adelantó que para 2050 casi el 90% de los estadios anfitriones de Norteamérica requerirán adaptación al calor extremo, mientras que un tercio enfrentará una demanda de agua igual o superior a la oferta.
En el Mundial de Clubes de este año en Estados Unidos, cabe recordar, hubo situaciones que preocuparon a la industria, con condiciones descritas como "imposibles" por los mismos jugadores.
Aquel torneo se caracterizó por un calor extremo y tormentas eléctricas que obligaron a la FIFA a adaptar los protocolos y agregar descansos extra para que los jugadores pudieran hidratarse, así como banquillos con más sombra de lo habitual y ventiladores.