¿Cómo funciona el negocio de las protestas pagadas?
El pasado 15 de agosto, el presidente Donald Trump puso en duda que todas las marchas y protestas organizadas en su contra fueran legítimas.
Y aunque todavía está por probarse que los manifestantes que hemos visto en Washington D.C. estén recibiendo dinero por estar allí, lo cierto es que el negocio de la organización de protestas existe y es una realidad.
Una empresa, Crowds on Demand, en español “Multitudes a Pedido”, se promociona ofreciendo servicios “para campañas impactantes, manifestaciones, acciones de relaciones públicas, multitudes de alquiler y eventos corporativos”.
La compañía recibe solicitudes tanto de causas conservadoras como liberales.
Su director ejecutivo, Adam Swart, reportó un aumento del 400% en los pedidos de protestas remuneradas durante el mandato de Trump.
En entrevista con NTN24, Swart explicó el funcionamiento y el auge de dicha iniciativa en territorio estadounidense.
Y es que durante sus 13 años de funcionamiento, la empresa ha logrado construir una reputación sólida en la organización de manifestaciones que buscan apoyar diversas causas sociales y políticas.
Según Swart, las personas que su empresa contrata para estos servicios no son simples actores, sino individuos con fervor por ciertas causas, quienes reciben un pago por su tiempo, similar a cualquier otro trabajo. "Todas las personas que proveemos tienen pasión por una causa y tienen el tiempo para aparecerse", señaló.
Pero el negocio no se escapa de las críticas, pues en el entorno político Crowds On Demand ha despertado controversia debido a que algunos cuestionan la autenticidad de las manifestaciones pagadas, argumentando que quienes participan pueden carecer de convicciones genuinas.
"En Crowds on Demand, los servicios que entregamos son de manera sincera para apoyar. Y por supuesto, se les instruye para demostrar respeto y paz en las manifestaciones. El beneficio de tener gente ahí es que tenemos los contactos correctos que ayudan a construir un movimiento desde cero. Es como en la publicidad. Cuando uno compra publicidad, está pagando. Pero la idea es que la gente compre su producto de esa publicidad. No es engañar. Simplemente es sacar la palabra a la luz", añadió.
En cuanto a la financiación de estas manifestaciones, el invitado comentó que el costo promedio por manifestante ronda los 200 dólares, aunque puede variar según la localización y la naturaleza de la protesta.
"Le pagamos a la gente alrededor de 200 dólares, dependiendo de sus circunstancias particulares, y también el cobro depende de en dónde es, porque reclutamos gente que sinceramente apoya la causa. Por ejemplo, en Mississippi, que es una región muy conservadora de los Estados Unidos, si vamos a hacer una demostración liberal , nos tocaría organizarlo. O en Nueva York, una demostración conservadora, porque es un sitio más liberal", aseguró.
Finalmente, concluyó asegurando que "en Crowds On Demand, los servicios entregados son de manera sincera para apoyar".