Boeing presenta su nuevo avión de combate de sexta generación: ¿superará al F-22 y al F-35?
La multinacional estadounidense Boeing es pionera en la industria aeroespacial desde su fundación en 1996, diseña, fabrica y comercializa aviones comerciales y militares, helicópteros, cohetes, satélites y misiles.
La prioridad en las grandes empresas multinacionales aeroespaciales es la innovación en el desarrollo de aviones militares, debido a que esto se vuelve crucial para las naciones que buscan proteger sus intereses estratégicos frente a amenazas tanto internas como externas.
En la actualidad destaca el F-22 Raptor, desarrollado por Lockheed Martin con la colaboración de Boeing. Este avión de quinta generación es reconocido por su combinación única de furtividad, que lo hace prácticamente invisible a los radares, y maniobrabilidad extrema, gracias a sus motores con empuje vectorial.
Además de su rol como caza de superioridad aérea, el F-22 puede portar armamento para misiones de ataque terrestre. Ha sido utilizado en combate, especialmente en Medio Oriente, como ocurrió en la batalla de Khasman en 2018 contra el grupo terrorista Estado Islámico.
Por otro lado, el F-35 Lightning II, también de quinta generación, integra sensores de alta tecnología y ofrece una visión de 360 grados mediante cámaras infrarrojas. Su diseño avanzado dificulta su detección y bloqueo por sistemas enemigos.
Es un avión versátil, capaz de operar en diversas condiciones climáticas y escenarios de combate, incluyendo misiones aire-aire, reconocimiento, guerra electrónica y apoyo aéreo cercano. Según el portal Simple Flying, el F-35 ha sido empleado en al menos cinco combates reales.
En este panorama de innovación, Boeing ha presentado el primer adelanto del F/A-XX, un caza de sexta generación desarrollado como parte del programa Next Generation Air Dominance (NGAD) para la Armada estadounidense. Este nuevo modelo promete un alcance máximo superior a los 2,736 kilómetros, lo que representa un 25 % más que el F-35.
El F/A-XX incorporará tecnologías de última generación como inteligencia artificial integrada, sigilo mejorado, autonomía extendida y adaptabilidad táctica. Estará diseñado para operar en conjunto con drones de combate y tendrá capacidades tanto en vuelo supersónico como en entornos electrónicos complejos.
Este revolucionario avión se perfila como la piedra angular de la aviación naval estadounidense para la década de 2030, marcando un hito en la evolución de la guerra aérea moderna.